El pasado mes de diciembre, el rapero Tory Lanez, cuyo verdadero nombre es Daystar Peterson, fue declarado culpable de tres cargos relacionados con el incidente que, en 2020, llevó a la artista Megan Thee Stallion a recibir varios disparos que la hirieron levemente a la salida de una discoteca.
El tribunal consideró probado que el intérprete había sido el autor de tres delitos: el de asalto con arma de fuego semiautomática, el de portar un arma de fuego que no estaba registrada y el de descargar un arma de fuego con absoluta falta de diligencia.
Tras varios retrasos, el juez David Herriford ha impuesto esta semana un fallo demoledor para los intereses del artista. Pese a haber recibido numerosas cartas, unas 70, en la que se le pedía magnanimidad y benevolencia a la hora de determinar el castigo -una de ellas procedente de la rapera australiana Iggy Azalea-, finalmente el magistrado ha condenado a Tory Lanez a una pena de 10 años de prisión, tres menos de los que solicitaba la fiscalía.
De poco han valido los testimonios ofrecidos el lunes y el martes por el padre del reo y por la mujer con la que Lanez tiene un hijo de seis años, Raina Chassagne, quienes reclamaban una sentencia, a su juicio, justa y proporcionada. Asimismo, el capellán de la cárcel en la que se encontraba de forma provisional ha asegurado que Tory Lanez contribuía diariamente a “aliviar tensiones” entre los presos con su iniciativa de rezos matutinos. Más allá de su buen comportamiento o propósitos de enmienda, lo cierto es que el artista siempre negó las acusaciones que se le dirigieron, pese a la abundancia de pruebas en su contra, y llegó a decir incluso que Megan seguía siendo su amiga y que se preocupaba mucho por ella.
La víctima no ha aparecido esta semana en la Corte Superior de Los Ángeles, pero la fiscal Kathy Ta leyó ayer martes un comunicado en su nombre que ponía de manifiesto que ni perdona a Lanez ni olvida lo ocurrido. “No sólo me disparó, también se burló de mi trauma. Trató de posicionarse como una víctima y trató de destruir mi reputación y mi alma. Con su sarta de mentiras, culpó al sistema, culpó a la prensa y, últimamente, ha estado usando sus propios traumas de la infancia para protegerse y eludir cualquier responsabilidad”, reza la nota.
