La Unión Europea dijo el martes que apelará un fallo de la Organización Mundial de Comercio según el cual los gravámenes europeos a la importación de bananos discriminan injustamente contra muchos países latinoamericanos.
Un panel de la OMC dijo el lunes que Bruselas estaba violando los acuerdos comerciales mundiales al favorecer las importaciones de Africa, el Caribe y el Pacífico, muchas procedentes de ex colonias francesas y británicas.
Respaldó una queja de Estados Unidos que eventualmente podría permitir a Washington imponer impuestos de represalia sobre productos europeos iguales a los daños sufridos por compañías estadounidenses como Chiquita Brands International Inc.
Estados Unidos nunca ha declarado la pérdida que considera padecen las firmas norteamericanas debido a ese gravamen.
El vocero de la UE Peter Power dijo que el fallo era 'irrelevante' debido a que la UE había cambiado sus gravámenes preferenciales para las naciones de Africa, el Caribe y el Pacífico a principios del 2008.
'Sienta un mal precedente', dijo a la prensa. 'Creemos que esa decisión estimula los cuestionamientos a la OMC por estados miembros que no se ven afectados por una decisión particular'.
El fallo fue el más reciente en una serie de decisiones contra el régimen bananero de la UE en la última década.
Washington planteó su caso con el respaldo de grandes compañías frutales como Chiquita, que ha exigido la reestructuración del sistema de la Unión Europea.
El caso se centró en un gravamen a la importación al banano impuesto por la UE en el 2006 —de 176 euros (258 dólares) la tonelada— que el bloque dijo se atenía a las reglas de la OMC. Pero Estados Unidos rechazó el argumento.
Los bananos latinoamericanos tienen actualmente un 60% del mercado de la UE, mientras que los productores africanos y caribeños tienen un 20%, según funcionarios europeos. Los bananos que crecen en la UE —en su mayoría en islas españolas y francesas— representan el 20% restante.
El mes pasado la UE perdió otro caso separado, planteado por Ecuador, que dijo haber perdido 131 millones de dólares en los primeros quince meses de la existencia del gravamen.