La industria hondureña del petróleo elevó su nivel de alerta ante el creciente robo de combustibles en varias ciudades del país.
Se calcula que las empresas comercializadoras de derivados del petróleo pierden unos 16,000 galones de gasolina y diésel por día, lo que en un año acumula 5.8 millones de galones, que a su vez equivale a 139,047 barriles.
Se calcula que las pérdidas económicas pueden oscilar entre L950,000 y L1,100,000 diarios, o sea entre L347 y L401 millones anuales. La mayor parte de los casos de robo de carburantes se registran en el denominado corredor del Atlántico, en las cercanías de las terminales que operan en Puerto Cortés y Tela.
En cuanto a la terminal del Pacífico, que se ubica en San Lorenzo, las denuncias de robo son mínimas y el caso más reciente fue el de una cisterna con 8,000 galones de gasolinas superior y regular, así como diésel, la que posteriormente fue encontrada en un municipio de Valle.
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Cisternas
A eso equivale el robo anual de combustibles. Cada sisterna tiene una capacidad de 8,000 galones.
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Las pérdidas son generalmente absorbidas por las importadoras, ya que el gasolinero, antes de recibir el producto, aplica pruebas de gravedad API y la repesa de la cisterna, lo que le permite verificar que el combustible a descargar corresponde a lo solicitado.
Sin seguridad
Las empresas ligadas a la distribución de los combustibles han invertido en tecnología para reducir las pérdidas, sin embargo, los resultados no han sido los esperados ya que dispositivos como GPS y cámaras son destruidos por las personas que roban el combustible.
En las cercanías de la terminal de Puerto Cortés, en donde operan tres empresas importadoras, hay partes de la carretera que cuentan con reductores de velocidad, lo que facilita a los ladrones el robo de carburantes.
De acuerdo con las fuentes consultadas, los conductores de las cisternas saben que los delincuentes están bajando producto, pero temen por su vida si no atienden las peticiones de los malhechores de colaborar.
Subraya que ese ilícito ha venido en aumento en los últimos años, pasando del “lateado” al “barril”. “Antes era una lata o un recipiente de cinco galones que robaban por cisterna, ahora es un barril, que es el equivalente a 42 galones”, manifestaron las fuentes.
Para trasladar esos refinados de las terminales de almacenamiento a las 455 estaciones de servicio que operan en el país, se tuvieron que efectuar 57,750 viajes de cisternas al año, o sea 150 por día.