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Marlon Tábora, entre la diplomacia y la economía

  • 22 enero 2019 /

Marlon Tábora Muñoz nació en Santa Rosa de Copán el 3 de abril de 1969. Estudió ingeniería mecánica industrial en la UNAH. También tiene tres posgrados y un doctorado.

Tegucigalpa, Honduras

Siempre habla más su trabajo por él, que él mismo de su vida. Es una característica que Marlon Tábora Muñoz prefiere y siempre lo reitera.

Es originario de Santa Rosa de Copán, donde nació el 3 de abril de 1969. Motivado por su deseo de ser piloto y su gusto por los aviones, estudió ingeniería en mecánica industrial en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Luego un posgrado en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec) y un doctorado en la Universidad Católica de Honduras (Unicah).

Luego estudió en la Universidad de Georgetown y en la Harvard Kennedy School en Estados Unidos, posgrados en políticas públicas y administración pública, respectivamente. Aunque ha estudiado y trabajado gran parte de su vida en Estados Unidos asegura que mantiene intacto su compromiso y amor por Honduras.

Se ha convertido en uno de los profesionales y funcionarios más valiosos en el ámbito económico en el sector público del país, desde que figuró políticamente en 2002 en el gobierno de Ricardo Maduro. Dirigió la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), ha sido representante de Honduras ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y coordinador del Gabinete Económico.

También firmó los billetes como presidente del Banco Central de Honduras (BCH). Desde 2017 es el embajador de Honduras en Estados Unidos y volvió a la coordinación del Gabinete Económico, dos tareas simultáneas en las que a pocos funcionarios se les ha visto en el país.

Dos tareas muy diferentes y actualmente en condiciones muy difíciles; por el lado diplomático se enfrenta a la dura política antiinmigrante del presidente estadounidense Donald Trump y las caravanas.

Mientras que como coordinador del Gabinete Económico tiene la principal misión de buscar un plan para recuperar la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y así convencer al directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de firmar un nuevo acuerdo con el gobierno de Honduras.

Tábora dice que sabe lo que hay que hacer y lo hará, ya que la experiencia de haber estructurado los últimos dos acuerdos le dan cierta ventaja.

Es como el arquitecto, el que diseña el plan y verifica que se cumpla, pero el trabajo es de muchas personas desde las diferentes instituciones.

Estar en estas dos complejas áreas Tábora lo considera un privilegio y dice que tanto para el ámbito diplomático como para el económico lo que más importa es la credibilidad y la seriedad de quien ocupa la posición.

En 2014, la revista Estrategia & Negocios lo nominó como uno de los 100 personajes más influyentes de Centroamérica, como “El hombre de las cifras”. También la Revista Forbes en 2016 lo incluyó en la lista de los 25 personajes más influyentes de Centroamérica.
Su educación y disciplina fue inculcada por sus padres José Ernesto Tábora e Hilda Muñoz y por sus abuelos maternos. Está casado con Saira Ponce, con quien tiene dos hijos, Marlon Andrés e Isabella