Siguiendo la estela de Puskas, Pelé, Maradona, Zico, Platini o Zidane, jugadores como Leo Messi, Kaká o Wayne Rooney son los herederos del dorsal 10 en el Mundial de Sudáfrica-2010. Pero este número mágico en el fútbol no siempre dio suerte a quienes lo llevaron.
Zidane y Ronaldinho ya besaron la Copa del Mundo, Pelé y Maradona también. Pero Puskas, Zico y Platini no realizaron su sueño y este Mundial de Sudáfrica no está sonriendo ni a Kaká ni a Rooney que parecían destinados a brillar.
Kaká, tal vez sin estar a tope en una temporada perdida por una pubalgia, está lejos de brillar, para colmo en el partido de ayer contra Costa de Marfil salió expulsado. Rooney parece cansado de la dura temporada en Inglaterra; mientras que Cesc Fábregas no jugó en la derrota de España contra Suiza (1-0) en el primer partido.
“No es fácil jugar contra quien se cierra tan rápido”, confesó, impotente, tras su gris actuación contra los asiáticos.
El heredero natural del 10 en España, Xavi Hernández, que luce el 14, tampoco deslumbró en el debut debido a la dificultad de lanzar sus pases cuando el rival, en ese caso Suiza, tapaba todos los espacios.
Lukas Podolski que también lleva el número 10, aunque sea delantero, tuvo una actuación terrible en la derrota de Alemania contra Serbia (1-0), fallando un penal.
Sólo Messi, quien curiosamente no había deslumbrado hasta ahora en la selección argentina, y el holandés Wesley Sneijder, soberbio con su equipo, parecen hacer honor al mágico número 10, lo mismo que Landon Donovan en Estados Unidos o Cuauhtémoc Blanco en México.
Messi se sintió orgulloso de recibir el 10, sobre todo cuando le fue legado por el propio Maradona. Tal vez, espoleado por ese hecho, el jugador argentino rindió homenaje a ese número en los duelos contra Nigeria y Corea del Sur.
“Me daba lo mismo la 18, la 10... Pero fue muy especial recibir el 10 porque salió de él (Maradona) sin que se la pidiera. Me dijo: ‘Vas a llevar la 10 de mi selección’. Y eso es algo muy importante”, ha dicho Messi.
Antes de identificarse con el jugador de la varita mágica, el de los pases geniales y los goles de inspiración divina, el número 10 designaba a un simple extremo (mediocampista ofensivo) izquierdo.
El primer 10 de “leyenda planetaria” fue el húngaro Ferenc Puskas, el motor y alma de la gran Hungría de los cincuenta, campeón olímpico en Helsinki-1952, que humilló a Inglaterra en Wembley (6-3).
Después el testigo lo recibió ‘O rei’ Pelé, el 10 con más títulos del mundo (1958, 1962 y 1970).
Su camiseta número 10 de Suecia-58 sería subastada por 84,000 euros. Asimismo, la que utilizó en la final de México 1970 --En Chile 1962 resultó lesionado y jugó muy poco-- frente a Italia (4-1) alcanzó los 225,000 euros.
“Un jugador de 1970 recorría una media de 4 km por partido. Actualmente, el triple”, decía el brasileño Sócrates, genial armador de juego de Brasil 1982-1986. “Esto significa que los espacios entre jugadores se reducen cada vez más”.