Roger Federer sorteó la primera valla. Fernando González estuvo brillante. Y Guillermo Coria dio nuevas señales de vida. A la caza del único título de Grand Slam que le falta, el suizo Federer debutó ayer en el Abierto de Francia con un triunfo en sets seguidos 6-4, 6-4, 6-3 sobre el estadounidense Sam Querrey.
El único sobresalto fue un quiebre de servicio al principio del set, pero el número uno del mundo le devolvió gentilezas al sustraerle cinco juegos de saque a Querrey. Amparado con su fulminante derecha, el chileno González arrolló 6-3, 6-3, 6-1 al uruguayo Pablo Cuevas y avanzó a la segunda ronda. El resultado mejoró su campaña del año pasado en la arcilla de Roland Garros, donde González se despidió en el mismo debut.
'Fue diferente a los últimos años porque había jugado muy mal acá', dijo el chileno, preclasificado 24. 'Era un partido difícil, pero se me dio cómodo y pude dominar'. El argentino Coria, finalista de Roland Garros en 2004, volvió a la cancha principal Philippe Chatrier y le dio un susto al español Tommy Robredo, duodécimo cabeza de serie. Coria ganó el primer set, pero se diluyó en los siguientes al caer 5-7, 6-4, 6-1, 6-4.
Afectado por una dolencia en el hombro derecho y un crisis de confianza en su juego, Coria estuvo ausente de las dos ediciones anteriores y apenas ha disputado cuatro torneos del tour de la ATP desde el Abierto de Estados Unidos 2006.
Ante Robrado, el argentino mostró algunos chispazos del repertorio de golpes que le valieron recibir el apodo del 'Mago'. Su actuación fue más aceptable, aunque sigue sin recuperar la consistencia con su servicio.
'Hoy avancé un poquito más. Me demostré a mí mismo que puedo', afirmó Coria.
Opinión
'Fue cuestión de entrar en ritmo. Si me dan unos días más para practicar, creo que voy a jugar mucho mejor en el siguiente partido', Roger Federer, tenista suizo.
