Su cabeza se ha convertido en sinónimo de festejo para la familia motagüense y en su efectividad en las alturas se cifran muchas de las esperanzas azules para abrochar de una vez por todas la copa número 18.
El gol de testa para Motagua tiene nombre propio: Roberto Moreira Aldana. Los datos no admiten objeción y así lo desvelan.
“Es una cualidad que ha mostrado, actualmente en la Liga Nacional es uno de los mejores cabeceadores”, afirma Juan Flores, otrora gran goleador de cabeza del fútbol hondureño y lo refrendan los números.
Moreira es el máximo goleador de Motagua en este torneo con 10 tantos y seis de esas dianas fueron de cabeza. Claro, que haya anotado el 60 por ciento de sus goles por la vía aérea no es una casualidad.
A eso hay que agregar que el Ciclón ha marcado nueve tantos de cabeza y el 66.67 por ciento de ellos fueron de Moreira. Dos de esos zarpazos los anotó en la semifinal ante Olimpia y sirvieron para firmar el pase a la final ante Real España.
Su gol a los blancos en el 1-1 de la primera vuelta ya había presagiado que traería de encargo a los leones en el fútbol aéreo. Los otros se los hizo a Platense, Marathón y Real Sociedad.
Así son sus anotaciones. Pero, más allá de las víctimas, ¿cómo fueron esas dianas?
Curiosamente, cuatro los firmó cabeceando en el centro del área y cerca del punto penal: los tres frente al Olimpia y su tanto ante Marathón. Contra los Aceiteros cabeceó desde la zona frontal, pero ya dentro del área pequeña, mientras que su testazo al Tiburón lo estampó llegando al primer poste, todo un clásico.
Ese análisis va de la mano de la afirmación de Flores: “Él cabecea casi siempre en el punto penal. Es donde más remata porque tiene buena estatura y ha anticipado a los defensas. Yo no lo veo mucho que se sale del área chica para ir a anticipar una pelota”, mencionó el exjugador.
Salvo la diana ante el Platense, que llegó tras un tiro de esquina, todos los demás goles fueron marcados con jugada en movimiento: dos con centros desde la izquierda, dos con servicios desde la derecha y uno con una asistencia por el centro del campo y desde tres cuartos de cancha.
Amparado en su especialidad de cabeza, Moreira arriba a la final de vuelta con las fichas puestas en su cabeza. Su testa puede acabar cualquier intento de reacción de los aurinegros y ser la clave de las águilas para festejar su decimoctava estrella.
