No se hicieron nada

28 enero 2008 /
Juan Ramón Cayetano

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Victoria y Platense se han desviado del camino al triunfo en el torneo Clausura de la Liga Nacional porque en tres fechas no conocen los resultados positivos.

Los Jaibos ya suman 1,350 minutos sin ganar, tomando en consideración que la última vez que celebraron fue en octubre de 2007, cuando derrotaron en casa 4-1 a Olanchano. Los dirigidos por Javier Padilla no son ni la sombra de la temporada anterior, donde se mantuvieron invictos durante 17 fechas y vencían a sus rivales de visita y de locales. ¿Qué estará pasando en el campamento lechero? La respuesta la tienen los jugadores porque si no mejoran seguirán deambulando en el torneo y con escasas posibilidades de clasificar a la liguilla.

Platense sigue demostrando que ya no es tan fiero ni siquiera en casa, porque ayer se cansó de fallar bajo el marco de la 'Barbie', que tenía cuatro meses de no jugar porque estaba opacado por la sombra de Bodden. En Platense no está resultando ni el cambio de técnico ni el de jugadores y mucho menos de estrategia; eso lo sabe Roque Alfaro, que deberá buscar la fórmula para revertir la situación.

Sólo aproximaciones

De entrada, ambos equipos no se dieron tregua y se planteó un partido abierto, entretenido e intenso. Los primeros compases fueron de dominio de los selacios, que saltaron al terreno de juego masticando la amargura de la derrota de 2-1 el domingo anterior contra España.

Al minuto 15, el brasileño Cabrita casi abre el marcador, pero Vásquez le achicó el espacio como para decirle a su técnico 'quiero ser titular'.

Al 32, Will Mejía sacó un potente remate que se fue apenas desviado.

En el complemento, Marcelo Cabrita estuvo a punto de mandar el balón al fondo de la red, pero su disparo pasó desviado cuando los aficionados se preparaban para festejar. A falta de 27 para el final, Crisanto se quitó tres marcas y sirvió en bandeja de plata para el debutante uruguayo Carim Adippe, que no pudo concretar. Tampoco tuvieron fortuna Pancho Ra, Bany Lozano, Cabrita ni Darío Julio.

Sinópsis