21/12/2025
10:12 PM

El niño que maravilla al mundo azulgrana

Alexis Sánchez es el fichaje de la temporada del mejor equipo del planeta: el Barcelona. El delantero chileno es un amante del fútbol de barrio.

    La historia de Alexis Sánchez, el “niño maravilla” del fútbol chileno, es la típica de un profesional del balón, de origen humilde y ahora convertido en un ídolo de multitudes y figura internacional, cuya carta le costó 37 millones de dólares al Barcelona de España.

    Nacido el 19 de diciembre de 1988 en Tocopilla, ciudad 1,632 kilómetros al norte de Santiago, el talentoso jugador del club italiano Udinese lleva el apellido de su madre Martina porque su padre biológico se fue a una oficina salitrera y nunca más volvió.

    La persona a quien Sánchez siempre reconoció como su papá fue a José Delaigue, un tío político casado con una hermana de su madre, que falleció el 24 de mayo pasado a los 74 años de edad de un cáncer que intentó curar con costosos tratamientos financiados por el jugador.

    Delaigue siempre apoyó al talentoso atacante en sus ilusiones de niño de ser futbolista profesional, cuando aún jugaba en las polvorientas canchas de tierra de su árido Tocopilla natal.

    La vida de Alexis, el “Dilla”, como se le conocía en su barrio y entre sus compañeros de escuela, fue difícil por la pobreza en su niñez, cuando su madre tenía que vender mariscos y pescados para alimentar a sus cuatro hijos.

    En unas declaraciones a los medios oficiales del Barça, el delantero ha explicado que a los cinco años ya tenía claro que el fútbol sería su vida: “Nunca he tenido ninguna duda en este sentido y siempre he compartido con mi familia esta estimación por el fútbol. Lo que entonces era un sueño ahora es una realidad”, ha explicado el jugador chileno.

    En Tocopilla todavía recuerdan cuando el delantero compartía sus estudios escolares con su trabajo informal en el cementerio de la ciudad, donde cuidaba y lavaba los automóviles de los visitantes a cambio de unas cuantas monedas.

    “Él sabe bien qué es el sufrimiento. Quería salir de la pobreza. Cuidaba y lavaba autos. También aprovechaba trabajos esporádicos, que le servían para ayudar a su madre y comprarse ropa”, recuerda Juan José Segovia, uno de sus profesores.

    Su carrera deportiva comenzó en su barrio de infancia, que vuelve a recorrer cada vez que regresa a Tocopilla, porque Sánchez nunca ha olvidado sus orígenes ni que fue “descubierto” por el entonces alcalde de la localidad, Alexander Kurtovic.

    Alexis ha admitido que donde más ha aprendido como futbolista es en la calle, “en los partidos de barrio”, algo habitual en Sudamérica: “Aparte de eso, creo que tanto los campeonatos como los viajes también te enseñan bastante”.

    El jefe edilicio le regaló sus primeros zapatos de fútbol, que sin duda contribuyeron a llevarlo lejos y ser el mejor jugador chileno del momento, por lo que fue contratado por el Barcelona.

    Los comentaristas deportivos europeos valoran la habilidad, el buen trato de la pelota, el toque rápido y la conducción con rapidez de Sánchez, que serían “productos escasos” en el fútbol mundial actual.

    El Udinese, sin embargo, obtuvo 37 millones de dólares por el pase, por el cual pagó tres millones de dólares en 2006, al club chileno Cobreloa, donde Sánchez militó entre 2005 y 2006.

    El hábil delantero también jugó en el Colo Colo de Chile (2006-2007) y en el River Plate de Argentina (2007-2008), tras lo cual llegó al Udinese.

    En uno de sus pocos diálogos con la prensa, Sánchez dijo respecto, a que lo comparen con el portugués Cristiano Ronaldo, que este último “es uno de los mejores jugadores del planeta, pero yo soy Alexis. Quiero dejar una huella y convertirme en el mejor jugador del mundo”.