“El campeón Victoria” era la frase repetida en las notas periodísticas de 1995. Los jaibos había entrado en la élite del fútbol hondureño, por lo que el siguiente torneo se mantuvo en los ojos de todos.
Un 11 de diciembre se destacaba el triunfo 3-1 sobre Real Maya en el estadio Ceibeño. Renán Benguché, Álvaro Izquierdo y Enrique Centeno Reneau hicieron los goles; descontó Óscar Lagos del lado capitalino. Vieron el partido 1,063 espectadores para una taquilla de 25,080 lempiras.
El uruguayo Julio González se mantenía al mando de los lecheros y Alfonso Navarro estaba en el banquillo contrario.
Para este encuentro, en el marco de Victoria estuvo el legendario progreseño Belarmino Rivera, campeón muchas veces con Olimpia.
Renán Aguilera era titularísimo del mediocampo y casi siempre capitán; a su lado, otro ex merengue, Erick Fu.
En Real Maya se destacaba la tripleta de los Lagos: Luis, Óscar y Juan Rosa. Además de Basilio Zapata y el ex platensista defensa central Héctor Amaya.
De la misma fecha, entre las noticias alrededor del 3-1 de los jaibos y tigres resaltaba la portada “Seguimos siendo los reyes” en relación con la última vez que la Selección Nacional se coronó campeona de la Unión Centroamericana de Fútbol, Uncaf, al vencer en El Salvador 3-0 a Guatemala.
La Bicolor formó en ese partido con Wilmer Cruz, José “Chepo” Fernández, Hernaín Arzú, Raúl Martínez Sambulá, Martín Castro, Nahamán González, Richardson Smith, Cristian Santamaría, Jorge Pineda, Carlos Pavón y Milton Tyson Núñez. Ingresaron Edgar Sierra, Ramón Romero y Presley Carson Wood.
Tyson anotó a los 30 segundos, su socio Carlos Pavón hizo el 2-0 y 3-0 tras rápidos pases del ahora delantero del Comunicaciones de Guatemala. Honduras revalidó así el título del área que se le ha negado desde esos días.
El partido se jugó en presencia del Presidente de la República, Carlos Roberto Reina, QDDG.
Pavón fue el máximo artillero del evento (tres goles) y se aprestaba a retornar a continuar su periodo de prueba en Valladolid de España. Wilmer Cruz fue el menos goleado (sólo recibió uno del tico Rolando Fonseca).
Mientras Gilberto Yearwood decía que el cetro era un regalo de Navidad para el pueblo, el seleccionador Ernesto Rosa Guedes (brasileño) hablaba de no perder tiempo para la Copa Oro.