Después viene identificar qué no repetirás. Dentro de cada error hay una semilla de sabiduría. Cuando la descubres, el tropiezo deja de ser carga y se convierte en maestro.
En lo particular he reconocido, con humildad, mis faltas en la difícil, pero agradable tarea de ser padre, pero también he tenido el coraje de tratar de corregirlas.