El acusado operaba a través de Instagram, Facebook y WhatsApp, donde ofrecía productos electrónicos, incluyendo computadoras y teléfonos celulares, los cuales nunca entregaba.
Según informes locales, en 2008 Whitehead fue condenado por robo de identidad y pasó cinco años en prisión. Posteriormente, fundó su propia iglesia tras ser liberado.