Una familia garífuna está transformando un pedazo de tierra que se ha salvado del feroz acoso de inversionistas que se están apoderando de las playas, en un atractivo turístico fresco e innovador.
Simpatizantes de Libre llevan 12 días exigiendo a las autoridades educativas respetar el derecho de los profesores de Trujillo que concursaron a tener una plaza.