La era digital y la aparición constante de nuevas tecnologías han impactado en el comercio, la educación, el gobierno, la salud e incluso nos empujó a relacionarnos emocionalmente a través de las redes sociales. En estos treinta años la comunicación social ha dado un vuelco y los medios de comunicación han debido adaptarse, aunque no siempre con buen suceso. Y aunque no es excusa, muchos de los excesos en el tratamiento de la información, recién señalados por el papa Francisco, tienen su origen en este mundo digital donde el recuento de clics y los “me gusta” se ha vuelto lo más valorado, no importa la lógica, ética, la seriedad o el criterio periodístico.