Era la reina del ramal de El Progreso en los albores de la compañía. La apodaban La Enana en contraposición a su gigantesco tamaño que ponía en ridículo a las otras locomotoras adquiridas por la bananera para jalar las hileras de vagones cargados de fruta rumbo al, ahora extinto, muelle de Tela.
La Lotería Mayor y su hermana “la Chica” subsisten, en medio de la vorágine de loterías electrónicas, pero sin el esplendor de aquellos dorados tiempos de su padre, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
En todas partes se cuecen habas, dice un viejo refrán para hacer referencia a que los problemas de un lugar pueden suceder de la misma forma en otra latitud distante y diferente.
Allá por los años sesenta tuvo su época gloriosa el periódico satírico Tornillo Sin Fin, “órgano viril de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras”, como rezaba su slogan en un agudo doble sentido.