El viejo taller de trenes

El Armature Works dejó de operar para el sistema de tranvías en la década de 1940.

  • 08 de diciembre de 2025 a las 23:55 -

Cuando visité en Tampa, Florida, el Armature Works, un centro de restaurantes y atractivos turísticos cuyo edificio comenzó como taller de mantenimiento de tranvías en 1910, imaginé que similar transformación, aunque en menor escala, podría hacerse con el “Run House” de San Pedro Sula, que actualmente se encuentra abandonado.

El Armature Works dejó de operar para el sistema de tranvías en la década de 1940. Tal servicio de transporte eléctrico en la ciudad de Tampa llegó a su fin en 1946, siendo reemplazado por automóviles y cómodos autobuses. Tras un período de declive y de servir a la empresa Tampa Electric en la posguerra, el edificio fue comprado y posteriormente restaurado en 2004, convirtiéndose en el vibrante centro de usos mixtos, localizado actualmente en la parte alta del distrito de Tampa, en el que se solazan los turistas nacionales y extranjeros. El centro conserva los rasgos arquitectónicos de cuando era taller, lo que le da un atractivo histórico que contrasta con el ambiente modernista de mercado de alimentos, restaurantes y espacios para eventos.

En San Pedro Sula, con ingenio y decisión, el gobierno municipal, o a quien corresponda, puede restaurar, de igual manera, el viejo taller del Ferrocarril Nacional de Honduras, llamado Run House, y convertirlo en un centro turístico y comercial antes de que se termine de dañar la vieja maquinaria ferroviaria esparcida en todo el valle de Sula.

Considero que sería una acertada iniciativa para la recuperación de las reliquias del sistema ferroviario y la generación de beneficios económicos, sociales y ambientales para la ciudad.

Este abandonado taller, localizado en la primera avenida y décima calle del sector suroeste, alberga viejas locomotoras como la 65 General Electric diésel y un ferrobús de origen japonés. Era una instalación clave para el mantenimiento de los trenes de carga y de pasajeros en tiempos de la compañía bananera y más recientemente cuando el ferrocarril pasó a manos del Gobierno. Fue entonces que comenzó el declive de la emblemática empresa ferroviaria, y a desaparecer la intrincada red de sus rieles mediante un latrocinio que nunca fue investigado.

El proyecto de convertir el Run House en un centro turístico y comercial o en un museo ferroviario como el de El Progreso, Yoro, podría resultar un poco más alto de lo que puede costar un anhelo, tomando en cuenta como reza el dicho que: “soñar no cuesta nada”. Sin embargo, “vivir sin soñar es existir sin rumbo”.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias