En el acto de la central sindical DGB ante la puerta de Brandeburgo, el presidente de la organización, Reiner Hoffmann, condenó la guerra de Ucrania por tratarse de un “ataque al orden de paz europeo y a nuestra democracia”, e hizo un llamado a la desescalada armamentística: “Necesitamos ese dinero para las inversiones de futuro en la transformación y para el funcionamiento de nuestro estado social”.