Admiradores pudieron observar el lunes el ataúd dorado en el que reposan los restos mortales de Pelé, fallecido en diciembre a los 82 años, en la apertura al público de su mausoleo en la ciudad brasileña de Santos, donde labró buena parte de su leyenda.
Miles de brasileños hicieron una larga fila durante horas, de día y de noche, para rendir un último homenaje a la leyenda del fútbol Pelé en el estadio Vila Belmiro de Santos, donde se celebró una vigilia de 24 horas tras la muerte del futbolista a los 82 años.