La elección de Noé, en Gn 5,29, encuentra su razón de ser en la voluntad de Dios, quien ha percibido, antes del juicio terrible del diluvio, a un hombre en el que podría volver a anudar un día la
“Romance de un rey y una reina, alianza entre Dios y su pueblo, unión de Cristo con su Iglesia. Este es un poema de amor entre tú y yo, Señor; es nuestro cántico privado, nuestra fiesta de amor espiritual,