Rodríguez enfatizó la necesidad de educar a aquellas personas que “jamás quizás recibieron una educación moral en su hogar” y los que “crecieron embrutecidos por el ‘dios dinero’ y son capaces de quitarle la vida a alguien por medios materiales que nunca disfrutarán de ellos y jamás tendrán paz interior en su conciencia sabiendo que son asesinos”.