La madre, Laura Urrutia, habría informado a su esposo, el doctor Gustavo Villarreal de la Fuente, ex presidente de la Cruz Verde de Monterrey y en ese momento director del DIF de San Pedro, quien reportó la privación ilegal de la libertad de su hijo al 06 de Seguridad Pública, y luego le habló a su hermano, el juez Mauro Villarreal de la Fuente, para avisarle que ya le había llegado la que sería la primera de varias llamadas de los delincuentes.