La noche siguiente, los ángeles buscaron refugio en la humilde casa de un campesino y su esposa. A pesar de su pobreza, la pareja fue muy hospitalaria: compartieron la poca comida que tenían.
Pensar así es equivocado. La Biblia dice que todo lo bueno y excelente viene de arriba, de Dios (Santiago 1:17), lo que no solo debería aplicar para las cosas grandes.