Investigaciones revelan que Abigail Flores y su padre lograron amasar una fortuna a través del narcotráfico, creando negocios y obteniendo lujosas viviendas en zonas exclusivas de San Pedro Sula.
Juez ordenó entregar un apartamento, una colección de relojes y otras posesiones a una entidad controlada por dos trabajadoras electorales de Georgia a las que difamó.
Según el MP, el exalcalde Edgar Murillo “tuvo nexos con narcotraficantes a quienes les organizaba fiestas en el centro comunal de Lepaera y en algunas de sus propiedades, reuniones a las que también asistían algunos políticos”.