Hoy escucho, con una mezcla de “déjà vu” y rabia, voces en Washington y, lo peor, voces respetadas del Wall Street Journal y The New York Times hablando de una posible intervención en Venezuela
Han pasado más de veinte años desde que el cielo de Nueva York se partió en dos y las torres gemelas se derrumbaron como columnas de sal en medio del desierto.