San Pedro Sula, Honduras.
Cuando los jóvenes llegan a la adolescencia generalmente la relación de padre e hijo se vuelve complicada, si este es su caso tome nota de los consejos que pueden ayudarle a entender mejor a sus hijos y ser el padre que ellos necesitan.
Antes que nada debe saber que la relación debe estar basada en los principios de respeto, lealtad, honestidad, asertividad, y además, en forma completamente bilateral, es decir, que ambos deben mostrar estos valores al relacionarse uno con el otro, dijo Magdalena Turcios, psicóloga clínica.
“Los padres y los hijos cometen errores que menoscaban la relación como por ejemplo: gritan y se exaltan fácilmente, exteriorizan el convencimiento que tienen la razón absoluta y el otro está equivocado, no escuchan con interés y mente abierta, no expresan lo que sienten verbalmente y con asertividad, sino que exteriorizan sus emociones sin control”, agregó la experta.
Además, los padres en ocasiones creen erróneamente que solo por ser la imagen de autoridad se les debe respeto sin necesidad de darlo en forma equitativa a sus hijos. Quienes también son y exigen ser vistos como personas pensantes y con sus propias apreciaciones de la vida. Es necesario recordar que la adolescencia es la etapa en la cual los jóvenes se ven envueltos en una enorme cantidad de información sensorial y química en sus cuerpos que los confunde, por ello no se deje llevar por el enojo y siga las recomendaciones.
Cuando los jóvenes llegan a la adolescencia generalmente la relación de padre e hijo se vuelve complicada, si este es su caso tome nota de los consejos que pueden ayudarle a entender mejor a sus hijos y ser el padre que ellos necesitan.
Antes que nada debe saber que la relación debe estar basada en los principios de respeto, lealtad, honestidad, asertividad, y además, en forma completamente bilateral, es decir, que ambos deben mostrar estos valores al relacionarse uno con el otro, dijo Magdalena Turcios, psicóloga clínica.
“Los padres y los hijos cometen errores que menoscaban la relación como por ejemplo: gritan y se exaltan fácilmente, exteriorizan el convencimiento que tienen la razón absoluta y el otro está equivocado, no escuchan con interés y mente abierta, no expresan lo que sienten verbalmente y con asertividad, sino que exteriorizan sus emociones sin control”, agregó la experta.
Además, los padres en ocasiones creen erróneamente que solo por ser la imagen de autoridad se les debe respeto sin necesidad de darlo en forma equitativa a sus hijos. Quienes también son y exigen ser vistos como personas pensantes y con sus propias apreciaciones de la vida. Es necesario recordar que la adolescencia es la etapa en la cual los jóvenes se ven envueltos en una enorme cantidad de información sensorial y química en sus cuerpos que los confunde, por ello no se deje llevar por el enojo y siga las recomendaciones.
