El juego promueve el desarrollo infantil

Lo más importante durante el juego es respetar el nivel de desarrollo de cada niño, sus preferencias y ritmo

  • 28 jun 2018

MÉXICO.

Baile, guitarra, natación, reforzamiento de matemáticas, inglés y computación.

Los niños y niñas de hoy tienen muchísimas clases y actividades durante el día que los mantienen ocupados, pero, ¿tienen suficiente tiempo para jugar?

El juego es una actividad inherente del desarrollo infantil y el ejercicio lúdico, por el cual aprenden a conocer la vida.

Es tal su importancia, que hoy en día se reconoce como una de las herramientas más valiosas para el desarrollo integral de las personas.

En él, los menores trabajan capacidades esenciales de su desarrollo: físicas, emocionales, cognitivas y de lenguaje, además de favorecer a la inteligencia emocional y reforzar hábitos de aprendizaje y estudio.

“El juego es una gama maravillosa de factores que ayudan a un desarrollo de personalidad integral y autorregulada”, dice Rosalba González, pedagoga en el Centro de Estudios sobre la Enseñanza y el Aprendizaje del Derecho, A.C.

Complemento.

“Es la práctica por la cual se le enseña al niño a crecer, a regularse y ponerse límites, y no solo en relación con el otro, sino en relación a la convivencia con los demás, que luego se convierte en la relación de normas como no pasarse un alto, no tirar basura o respetar el lugar del otro”.

Además de contribuir a hacer niños más felices y regulados, el juego equilibrado en las diferentes etapas infantiles es una oportunidad que les permite crecer y aprender a socializar, tener empatía, aceptar retos, superar la frustración, buscar la creatividad y más.

Conoce los múltiples beneficios del juego en la infancia:

-Capacidades físicas: Al estar en movimiento, los niños ejercitan su cuerpo y coordinación psicomotriz fina y gruesa, sin darse cuenta.

-Las destrezas de motricidad gruesa son aquellas que se realizan lanzando objetos, pegándole a una pelota, saltando o rodando.

-Las destrezas finas se refieren a la coordinación ojo-mano y el trabajo de los músculos cortos para realizar ejercicios como recortar, pegar, separar o contar materiales.

-Capacidades sensoriales: Son las principales funciones que se desarrollan en los menores y son vitales para su adaptación y supervivencia. Suceden a través de su entorno (colores, sabores y sonidos) y de su propio cuerpo (sensaciones de frío o calor, de hambre o de posiciones del cuerpo).

-Capacidades socioafectivas: Jugando, solos o acompañados, los niños aprenden a conocerse a sí mismos y a los demás, adoptando competencias personales y sociales.

¿Qué jugar?

Existen cuatro áreas del juego: simbólico, físico, con normas y reglas y de manipulación”, explica Susana Guerra, psicóloga educativa y estimulación temprana.

Cuando el niño comienza a hablar o a desplazarse por sí mismo, puede empezar a adentrarse en el juego, pero cuando más lo disfruta es cuando obtiene autoconciencia y capacidad de lenguaje.

El juego simbólico o imaginativo es el principal en la etapa de 1 a 3 años. De los 4 en adelante, los niños hacen más estructurado su juego con normas y reglas porque ya empiezan a seguir instrucciones.

El juego físico y el de manipulación (juegos con botones, música o palancas) se pueden ir mezclando con el imaginativo para lograr más variedad de opciones