Al rescate de los dientes

Una dieta saludable y la limpieza son claves para prevenir enfermedades dentales

Redacción.

El cuidado de los dientes tiene más importancia de la que te imaginas, ya que el consumo excesivo de productos azucarados y la falta de aseo dental provocan serios daños, como por ejemplo: el desgaste del esmalte.

“Ambos factores junto a la falta de revisión son la receta perfecta para provocar daños dentales comunes en los niños”, explica el odontólogo Armando Noguera Aguilar.

El especialista indica que es importante que los padres conozcan lo que ocurre en la boca del bebé.

Los dientes de leche empiezan a aparecer aproximadamente a los seis meses cuando brotan los incisivos centrales, luego les siguen los incisivos laterales alrededor de los 10 meses, después los primeros molares a los 16 meses, los caninos o colmillos a los 18 meses y los segundos molares a los dos años.

Estos primeros dientes tienen funciones más allá de sólo masticar.

“Mantienen el espacio para que cuando salgan los permanentes quepan perfectamente.

“Si un diente de leche se pierde, los espacios se van cerrando, esto provoca que algunas piezas permanentes queden atrapadas dentro del hueso o salgan chuecas”, advierte el experto.

Evite

Dar al bebé bebidas azucaradas, incluyendo leche saborizada, jugos de fruta y refrescos en mamila es un doble error.

Las bacterias que están en la boca se alimentan de azúcares o carbohidratos y generan ácidos que corroen o desmineralizan el esmalte de los dientes.

“Cuando el niño tiene el pepe no deglute inmediatamente sino que mantiene el líquido en la boca. Por eso tampoco hay que dejar nunca que el niño se duerma con el pepe en la boca, esto conduce a caries graves. Y siempre que tomen cualquier líquido o alimento hay que lavarles los dientes”, insiste.

Una de las recomiendaciones del especialista es que si les vamos a dar alguna bebida endulzada es mejor que la tomen en vaso.

Detalla que el síndrome de biberón es una alteración por caries dental masiva en niños lactantes que provoca la pérdida de piezas dentales y se presenta cuando el niño usa el biberón como “pacificador”, es decir, los papás permiten que se duerman con él o lo traigan todo el día en la boca para que no lloren.