San Francisco, Atlántida. Un individuo que supuestamente llevaba como rehén a un taxista murió la mañana de ayer al enfrentarse a balazos con efectivos militares que tenían un retén en este municipio.
El hecho ocurrió a las 8:30, a inmediaciones del desvío al municipio de San Francisco, cuando los uniformados le hicieron señal de parada al taxi registro 766, conducido por su propietario, Julio Espinoza Salgado, quien era encañonado por un hombre.
“El individuo traía secuestrado a un taxista. Se le ordenó que se bajara de la unidad, pero el individuo se resistió y encañonó al taxista. Le pedimos que lo dejara en libertad y que soltara el arma. él hizo caso omiso y empezó a dispararles a los soldados, quienes repelieron el ataque y se produjo un cruce del fuego”, informó el coronel Héctor Espinal, comandante del Cuarto Batallón de Infantería de La Ceiba, unidad responsable de este retén.
La víctima, que no fue plenamente identificada, portaba la tarjeta de identidad, supuestamente robada, de Nicolás Alberto Gómez Claudino.
El hombre recibió un balazo en la cabeza y otro en el brazo derecho. Quedó tirado en una cuneta de la carretera CA-13, cerca del desvío a San Francisco.
El taxista recibió un tiro en una pierna y fue enviado de emergencia a un centro asistencial de La Masica, Atlántida.
Iba a matar a una persona
El supuesto delincuente venía de Utila y al llegar al muelle de cabotaje le ordenó al taxista que lo llevara a la terminal, “después me pidió que lo fuera a dejar a la posta y en el camino me dijo que mejor a El Porvenir. Cuando estábamos cerca del desvío se sacó la pistola y me pidió que le diera recto, que iba para San Juan Pueblo a cumplir una misión, a matar a alguien en ese lugar”, el taxista les relató a los periodistas en medio del nerviosismo.
Agregó que fue amenazado por el sujeto cuando intentó reabastecer su unidad en una gasolinera en la comunidad de El Pino y dijo que volvió a la vida cuando llegó al retén militar. “Cuando llegamos al retén, me dijo que dobláramos hacia San Francisco.
Pero dije aquí es mi chance, si me muero o me salvo. Le dije que tenía que sacar los papeles del carro para mostrarlos. Cuando quise bajarme, me puso la pistola en la cabeza y me llevaba a rastras. Les decía a los militares que si no lo dejaban ir, me mataría, pero uno de los militares hizo un disparo certero y le pegó primero”, contó el taxista, quien no se cansaba de dar gracias a Dios por seguir con vida.
La Fiscalía inició el interrogatorio de al menos 10 soldados que estaban en el retén militar donde sucedió el hecho.