27/04/2024
09:20 AM

Jorge Ávila, sensacional violinista que enaltece a Honduras en el mundo

Actualmente toca en una obra musical de Glenn Close. Manda un mensaje en positivo a los músicos hondureños.

San Pedro Sula, Honduras.

Desde Broadway (Nueva York), donde comparte su música en Sunset Boulevard the Musical con la famosa y legendaria actriz Glenn Close, el violinista hondureño Jorge Ávila viajó hasta San Pedro Sula para ejecutar como solista la obra Concierto para violín y orquesta, Op. 35 en Re mayor de Tchaikovsky, durante el lanzamiento de la Orquesta Sinfónica de San Pedro Sula.

En dicho evento, este músico hondureño, que empezó a tocar el piano y el violín a los 12 años, y que ingresó a los 14 a la Escuela de Música Victoriano López de San Pedro Sula (EMVL) con el maestro José Chahín, demostró por qué se le califica como uno de los mejores violinistas del mundo.

Con gran sutileza y emoción, Jorge Ávila se presentó en el escenario del parque México y después de ser recibido por una ovación pública, tomó su inseparable amigo: un violín de Luthier de casi 160 años de existencia, y que ha sido el gran compañero del artista por varias décadas.

Entre las melodías que Jorge Ávila tocó en la redacción de LA PRENSA está “Pequeña serenata nocturna” de Mozart.
Posicionado con su instrumento inició con una frotación de cuerdas exquisita que para muchos y como se escuchaba entre la concurrencia era preferible cerrar los ojos y dejarse envolver no solo por la calidad sonora de la obra, sino por la brillantez del músico que era acompañado por la nueva orquesta.

Antes de su presentación en la Capital Industrial, después de 25 años de no hacerlo, Ávila, además de llenarse de nostalgia por visistar la EMVL, se presentó en LA PRENSA, y además de deleitar con su violín para el equipo de la redacción dio una entrevista exclusiva en la que habló de la música clásica, los jóvenes y su versátil carrera musical.

__ ¿Por qué no había vuelto a tocar en su ciudad?

No había tenido la oportunidad.

__ ¿Quién fue el enlace para que volviera a tocar en San Pedro Sula?

Fue gracias al maestro Alfonso Flores “Fonchín” (Director artístico de la Orquesta Sinfónica). El me dijo: “Sería un honor y me encantaría si pudieras venir a tocar con nosotros”. Le dije: “Me voy”, entonces desocupé una semana, y eso que ahorita en la temporada de primavera en Nueva York estoy muy ocupado.

Más de 3,000 personas asistieron al concierto.
__¿Qué representa para usted volver a tocar en San Pedro Sula?

Representa un honor tan conmovedor para mí, porque puedo tocar en el Carnegie Hall, en Europa o en otros lados, pero estar uno en el lugar donde nació y creció y que esté su madre, su familia y gente que lo vio crecer a uno le hace sentir muy honrado.

Es un reconocimiento estar como solista en una fecha tan importante como lo es el Día Internacional de la Danza y en la inauguración de la Orquesta Sinfónica y de la Compañía de Ballet Juvenil Sampedrana.

__ Su madre Elsa de Ávila lo vio tocar en su ciudad, ¿qué le ha expresado?

Creo que está contenta y emocionada. Ella me enseñó mucho a ser sensato y tener los pies en la Tierra. Me enseñó que entre más lejos vaya, más recuerde de dónde salí. Y a no adoptar extranjerismos o agrandamientos.

__¿Usted solo toca en el Carnegie Hall (sitio ilustre para conciertos en Manhattan, Nueva York)?

No, yo toco en muchas partes porque soy independiente. Mi trabajo es muy similar al Freelancer en periodismo. Nueva York tiene una variedad muy rica en el arte, y en vez de estar en una orquesta todo el tiempo, un día estoy como solista, otro día de concertino, otro día estoy en una orquesta de cámara, en un cuarteto, otro día estoy en un show de Broadway o grabando con artistas famosos o la música incidental de una película.

Ávila fue acompañado por la Orquesta Sinfónica de San Pedro Sula.
__¿Cuál de todas esas facetas disfruta más?

No se puede comparar; es como las frutas: me encanta el mango, pero también la papaya, entonces no puedo decidirme por una. Sin embargo, me encanta la música de un recital o como solista.

__ Como artista, ¿es un artista hondureño o estadounidense?

Interesante, con las dos nacionalidades. Me promuevo como hondureño-americano. Mi cuna es Honduras, pero tengo 30 años de vivir allá (EUA), me fui a los 17 años de edad. Creo que la verdad lo va a hacer a uno sentirse cómodo siempre, y yo siempre voy a ser hondureño.

__¿Cuál ha sido su presentación favorita?

Cuesta elegir, pero fue un gran honor tocar para el papa Benedicto XVI y el papa Francisco. Es un honor que un hondureño esté de concertino (músico principal) de una orquesta tan grande de 70 instrumentistas y que, además, salió por todos los canales del mundo. Eso nunca se olvida y se siente la euforia por dentro. Carnegie Hall es también inolvidable.

__¿Qué opina sobre la actitud negativa que tienen muchos jóvenes hacia la música clásica y cómo se puede llegar a ellos?

El problema no es solo de Honduras, es mundial, ahora con esta nueva generación que está creciendo pegada al teléfono por la Internet, ha acortado la atención, y muchos muchachos encuentran la música clásica aburrida y que no es cool o pegajosa y solo quieren escuchar a los artistas modernos. Lo que hace falta es la educación, porque si en las escuelas públicas y privadas al niño desde pequeño se le enseña a apreciar la música clásica e incluso la popular, la gente va a querer escucharla.

También se tiene la idea que es solo para gente creída o fina, y no es así.

__¿Qué mensaje le da a los jóvenes que quieren dedicarse a la música clásica?

Que se sigan esforzando. Yo no es que sea tan especial ni tan talentoso, sino que me esforcé y pude salir del país. Ellos también pueden esforzarse y estar listos.