A Daysi Bonilla le tocó viajar dos horas todos los días en bus para llegar a la escuela Álvaro Contreras de Jucutuma, San Pedro Sula.
Al otro lado de la ciudad, María Isabel Arteaga impartió todo el año clases a más de 50 niños de quinto grado de la escuela Pompilio García de El Zapotal.
Pese a que no tuvo material didáctico necesario, la mayoría de sus alumnos se graduó con excelencia académica.
Cinco kilómetros atrás de la colonia Fesitranh, en la escuela Teódulo Vásquez solo están asigandos dos maestros, y para hacerlo deben cruzar elevados y agotadores senderos de la aldea Altos de Sula de El Merendón.
Luego de un fuerte ventarrón, los maestros de la escuela
Ramón Amaya Amador de la colonia Monte Alegre sacaron a los niños de sus aulas, el techo se había venido abajo. Aún con
todos esos inconvenientes no dejaron de darles clases a los pequeños en el patio del centro por al menos un mes.
Estas cuatro escuelas de San Pedro Sula, de más de cien, impartieron los 200 días de clases este año, mostrando la vocación y pasión por mejorar la calidad de educación.Los centros educativos que representan menos del 1% en la ciudad fueron reconocidos por la Secretaría de Educación como los que tuvieron cero inasistencias.Están ubicadas en lugares recónditos de la capital industrial y subsisten a pesar del abandono de las autoridades y gracias al apoyo desinteresado y visionario de los padres de familia que confían en la labor de los profesores.
LA PRENSA conoció su realidad, la fórmula para no perder clases y el mensaje que envían a otras instituciones y sobretodo al Gobierno para incentivarles por su tan importante logro en pro de la educación en el país.
Álvaro Contreras
En la carretera hacia Ticamaya se encuentra una pequeña escuela de 250 alumnos. La Álvaro Contreras perdió nada más “dos clases que fueron recuperadas en los días feriados”.
La subdirectora del centro, Daysi de Castejón, afirma que la programación que realizan desde enero se respeta a cabalidad en ese centro que existe desde hace 50 años, aún y cuando en varias ocasiones asisten a las asambleas informativas.
Los padres de familia han desempeñado un trabajo fundamental en
el desarrollo de la escuela.
“Este año todas las remodelaciones que tuvimos y las construcciones fueron gracias a los papás. La Municipalidad nos ayudó con el techo, pero ellos aportaron el 80% de las obras de infraestructura con la que cuenta”, dice Castellón.
La delincuencia y mal estado de la carretera pone en riesgo la vida de los niños de esta institución.
Pompilio García“Anhelamos cumplir los 200 días de clases”, dice la maestra Lesly Nuñez contenta porque sus 50 alumnos siempre están atentos a sus indicaciones.
La escuela Pompilio García, de El Zapotal, fundada en 1950,
tampoco perdió el tiempo. Sus maestros afirman que han sabido decidir a qué asambleas acudir y cuántos de los 12 que imparten clases van a las mismas.
Lesly Núñez, la directora, manifiesta que a pesar de no perder clases, este instituto carece de material didáctico. Solo tienen una pizarra y marcador donado por los padres.
Dos de los profesores que trabajan allí aún no reciben su salario al día, y los fondos por matrícula gratis nunca llegaron.
Ramón Amaya Amador“Al mal tiempo, cara alegre”, dice con una sonrisa la directora Ercilia Aguilar. Esta es la frase lema de los padres, niños y maestros de la escuela Ramon Amaya Amador de Monte Alegre, edificada hace 18 años, al norte de San Pedro Sula.
Solo la lluvia del pasado 28 de noviembre los detuvo. Antes de ese temporal, una fuerte brisa acabó con el techo de sus aulas y aunque pudieron usar ese desastre como pretexto para detener las clases, movieron sus deteriorados pupitres y pizarras hasta el patio y continuaron impartiendo el pan del saber.
Los profesores de este centro de enseñanza no acuden a las asambleas y varias veces fueron llamados “golpistas” por no hacerlo. Sin embargo, al recibir la noticia que eran escuela destacada estallaron de alegría e incluso rodaron lágrimas.
Solo un laboratorio de computación tiene la escuela. Y sus instalaciones están propensas a otro vendaval.
Teódulo Vásquez
No es tarea sencilla llegar hasta este centro escolar. Son cinco kilómetros en la montaña para llegar a la aldea Altos de Sula.
Unos 72 alumnos reciben el pan del saber de parte de dos profesores que a diario emprenden tan complicado viaje.
Por esta razón, reciben el apoyo de los padres de esa comunidad.
Su director, Dennis Leonel Gámez, es feliz realizando su trabajo en ese lugar a pesar del olvido de las autoridades.
“Soñamos con ver a nuestros hijos aprendiendo computación. Aquí solo la Municipalidad vino a hacernos el cerco, de ahí nadie del Gobierno nos ayuda a mejorar la calidad de educación de los muchachos”, dijo una madre de familia cuando recogió a sus dos hijos en la escuela.
Apoyo en infraestructura, material didáctico, merienda escolar y matrícula gratis piden en común estas cuatro escuelas, ejemplos que con poco o nada han logrado que el pan del saber sea un bocado que los necesitados de alimentación educativa tengan al alcance.
“Escuelas
serán
premiados por su ejemplo”
Sara Doris Sambulá, máxima autoridad de la Dirección Departamental de Educación de Cortés, afirma que el ministro de Educación, Marlon Escoto, tiene contemplado realizar una ceremonia de premiación para incentivar a los centros educativos con cero inasistencias.
La fecha de tal galardón está por definirse, según Sambulá.
“Felicitamos a las escuelas que lograron dar los 200 días de clases. Esperamos que se repita en 2013 y mejoren lo que han hecho. El ministro está muy interesado en incentivar a estos heroicos maestros, padres de familia y alumnos porque sabemos que juntos han hecho un gran equipo”, dijo Sambulá.
Para las autoridades es un dato alarmante pero a la vez alentador que en San Pedro Sula solamente cuatro escuelas hayan logrado no perder clases y cumplir las programaciones correspondientes para los menores.
Además de eso, asegura que el próximo año la meta de la Dirección de Educación en Cortés será que se establezca un dato histórico sobre el año con menos clases perdidas en los últimos gobiernos.
“Auguramos que el próximo año la pérdida de clases en escuelas y colegios oficiales será mínima, ya que hemos visto la voluntad de los maestros de colaborar con nosotros”.