23/04/2024
12:01 AM

A siete ascienden ingresos de quemados por pólvora en el Mario Rivas

La mayoría de pacientes vienen de lugares donde no se prohibió la pólvora.

San Pedro Sula, Honduras.

“Mami, mami, mi dedo”, gritaba la pequeña Mariana Isabel Melgar Amador luego de que le explotara un cohete en la mano izquierda.

La pequeña de ocho años relató que estaba jugando con su hermana de cinco afuera de su casa en la colonia Gracias a Dios, de Cofradía, cuando vio el explosivo en el suelo, pero estaba apagado, asegura.

“Yo no estaba reventando cohetes. Eran otros niños, unos varones.
Vi el cohete tirado, lo recogí y me explotó en la mano”, contó la niña, que se encuentra interna en el hospital Mario Rivas, con la mano vendada.

María Amador Díaz, madre de la víctima, comentó que el incidente ocurrió a eso de las 11:00 pm.

“Ellas no tenían cohetes. No les compré porque es peligroso, pero en un descuido pasó el accidente”, lamentó la mujer.

“Ayúdenme”

En el mismo piso, pero en diferente sala, se encuentra Nixón Edgardo Melgar.

El joven de 18 años llegó de la aldea Bella Vista, El Progreso, Yoro.

“Solo prendió el mortero y le explotó. Mis hijos ya están grandes, conocen el riesgo. No le damos dinero para eso y en la aldea no venden, pero vinieron unos amigos a La Lima y llevaron”, relató María Inés Amaya, madre del paciente.

Nixón recuerda que la mecha del mortero era larga, pero iba rápido y no se dio ni cuenta cuando ya había explotado en su mano.

“Ayúdenme”, gritaba, recuerda su madre.

El hecho ocurrió a las 12:00 de la medianoche, mientras otras familias se abrazaban como es costumbre a esa hora.

Siete quemados

Estos dos pacientes no fueron los únicos que permanecieron en el Mario Rivas por quemaduras con pólvora.

A la lista se suman cuatro, reportaron las autoridades del centro asistencial.

En total, tres niños y cuatro adultos fueron víctimas de la pólvora.

Carlos Caballero, subdirector del Mario Rivas, informó que, además de Mariana Isabel, ingresaron Ángel López (6), de Puerto Cortés, y Cristian Madrid, de Roatán. A los dos varones ya les dieron el alta.

En la lista de los adultos también está Edgar Varela (19) de La Entrada, Copán. A él le amputaron un pedazo de dedo. Además de Martín Gómez, quien sufrió quemaduras en la mano derecha.

En sala de operaciones asistieron a Gabino Pérez (69), de San Pedro Sula.

Caballero informó que al octogenario le amputaron tres dedos de la mano derecha por las heridas que le dejó la explosión de un mortero.

Familiares del afectado comentaron que él le quitó el explosivo a un grupo de niños para evitarles el daño.

Ahora él sufre las consecuencias y permanece interno en la sala de ortopedia de hombres del centro asistencial.

Aumentan casos

El subdirector del hospital señaló que faltan las fiestas de fin de año y ya hay más quemados que en 2012, cuando solo fueron cuatro. En 2011 se reportaron dos.

Al Mario Rivas, un niño interno, con tres a cuatro semanas de estancia hospitalaria, le cuesta de 150 mil a 200 mil lempiras.

Si los daños son graves, puede llegar hasta un millón de lempiras.