La Lima, Honduras
De la noche a la mañana, el Mitch, después de devastar a Guanaja, arrasar comunidades completas en el litoral atlántico, volcar vehículos y derrumbar casas en Tegucigalpa transformó la pista del aeropuerto Ramón Villeda Morales en un inmenso lago de agua achocolatada.
Canal Maya
Según el Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de La Lima (2006), el canal Maya tiene capacidad para evacuar agua dejada por las lluevias de eventos cíclicos (de cada 20 años).
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El 30 de octubre de 1998, la pista de concreto (de más de 2,800 metros de longitud), adonde una semana antes habían aterrizado los aviones, estaba sumergida bajo tres metros de agua y solamente era transitada por lanchas con bomberos, socorristas y damnificados a bordo.
Unos días antes (con el tráfico aéreo suspendido por Aeronáutica Civil), los administradores, los bomberos y socorristas de la Cruz Roja del Villeda Morales se prepararon para apoyar a los vecinos, a los habitantes de La Lima, Cortés, que se encontraban anegados.
Confiados, porque asumían que el muro de contención circundante impediría una inundación, los administradores convirtieron la terminal de carga (recién construida) en un refugio temporal para 2 mil limeños.
Pero la noche del 29 de octubre, aproximadamente a las 9:00, “el agua del Chamelecón rompió el bordo de protección del aeropuerto, frente al portón de la Fuerza Aérea, e inundó la pista”, recuerda José Delmis Cardona, exjefe de los bomberos del aeropuerto.
“No pensamos que el aeropuerto sería afectado. Esa noche salimos a inspeccionar y vimos la grieta en el bordo y después explosionó. No pudimos hacer nada. No logramos sacar a las personas albergadas en la terminal de carga. Después estuvieron más de una semana aisladas por la inundación”, relata Cardona, ahora, coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgos y coordinador del Comité de Emergencia Municipal de La Lima.
La carretera que conecta a San Pedro Sula con La Lima y la colonia Planeta permanecieron inundadas varios días a finales de octubre.
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Al cabo de unos 10 días, el agua desapareció. Los bomberos y cuadrillas de trabajadores comenzaron a retirar la capa de lodo (de unos tres pies de espesor) que cubría el suelo del edificio de la terminal de pasajeros y la pista. Transportes Hispanos prestó camiones cisternas y la Cervecería Hondureña aportó más de 1,500,000 galones de agua.
Eventos
Durante el siglo pasado, La Lima resultó afectada, principalmente, por fenómenos climáticos ocurridos en 1936, 1954 y 1974
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“Se inundó todo. Las aerolíneas perdieron casi todo, la pista quedó cubierta de lodo, se dañó la parte eléctrica (...). Habilitamos lo antes posible el aeropuerto para que llegaran los aviones con ayudas”, dice Carlos Flores Paguada, gerente del aeropuerto en 1998.
Un mes despúes, el Gobierno de Carlos Roberto Flores comenzó a diseñar el Plan Maestro de la Reconstrucción Nacional (PMRTN) en el cual incluyó un presupuesto de $13.2 millones ($11.2 millones donados) para reparar la infraestructura aeroportuaria del país. En 2018, el Villeda Morales (conocido internacionalmente con el código SAP, de San Pedro Sula) está protegido por un muro de contención fortalecido.
Alrededor de las 5:45 de la tarde del 28 de octubre de 1998, el teniente José Delmis Cardona, oficial de la Escuadra C de los bomberos del Aeropuerto Ramón Villeda Morales, cuando recataba a una mujer que había dado a luz, hacía 36 horas, en el campo David de La Lima.
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Crisis
Durante esos días, los habitantes del casco urbano de La Lima, campos bananeros y colonia Planeta, que no lograron evacuar la zona, permanecieron inundados y aislados. Muchos estuvieron sobre los techos de las casas.
“Aquí, el agua llegó a la altura de la ventana. Mi mamá y mis dos hermanos quedaron en la segunda planta. Yo me fui con mi hijo cuando nos vinieron a sacar en una lancha y nos llevaron a una escuela”, dice Patricia Díaz (de 42 años), habitante del campo Copen Nuevo.
Díaz y sus dos hijos continúan viviendo en la misma casa (tipo barracón construido por la banera Tela Railroad Company) porque, según ellos, “hay menos riesgo de una nueva inundación desde que el Gobierno construyó el canal Maya”.
En 2005, el Gobierno de Ricardo Maduro inauguró este canal, construido (con financiamiento de Kuwait) por la Comisión para el Control de Inundaciones del Valle de Sula (CCIVS) para desviar del Chamelecón volúmenes de agua en temporadas de lluvias torrenciales.
Según el Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de La Lima (2006), el canal Maya tiene capacidad para evacuar agua dejada por las lluevias de eventos cíclicos (de cada 20 años).
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El canal Maya, el cual incluye al Chotepe (antes río Chotepe), conecta con el Marimba (extrae 750 metros cúbicos del río Ulúa). Esta red de canales evacua 1,500 metros cúbicos por segundo y los deposita nuevamente aguas abajo del río Chamelecón.
José Santiago Motiño, alcalde de La Lima, dice que “ahora, este municipio es más seguro sin embargo; los habitantes pueden volver a sufrir inundaciones si el Gobierno no le da mantenimiento a esta obra de protección”.
“En el valle de Sula, La Lima es el único municipio que se inundó totalmente. La Comisión para el Control de Inundaciones debe limpiar el canal Maya, porque desde que tengo uso de razón solo lo ha hecho una vez”, dice.
La Lima, otrora emporio bananero de Centroamérica, tras el Mitch entró en recesión. Los productores independientes y la Tela Railroad Company registraron pérdidas en sus plantaciones. Actualmente, su economía depende de la agricultura, ganadería y comercio.
Aunque han transcurrido 20 años a salvo de inundaciones, el regidor municipal Oswaldo Martínez estima que, de manera urgente, “el Gobierno debe invertir en limpieza del canal Maya porque está perdiendo capacidad de evacuación por el sedimento acumulado”. 1