En transporte y bienes raíces es donde más lava dinero la Mara Salvatrucha

San Pedro Sula, Honduras.

En la actualidad, en tres grandes rubros concentra su principal actividad de lavado de dinero la Mara Salvatrucha en Honduras: transporte, bienes raíces y negocios nocturnos.

La Unidad de Investigación de LA PRENSA Premium habló a fondo con un investigador de Inteligencia dentro de la Policía y conocedor desde hace mucho tiempo de la operatividad de estructuras criminales en el país. El agente, quien pidió a este medio omitir su identidad, brindó pormenores de cómo la MS-13 dejó recientemente a un lado la extorsión para dedicarse a un negocio más lucrativo y cómo la Pandilla 18 se estancó en otros fines.

La fuente comenzó contando que la mayoría de rutas del transporte, aunque son administradas por personas cuyos nombres aparecen como dueños, están a nombre de testaferros de la organización. Según sus indagaciones, el 50% de las empresas de buses y taxis están en manos de la MS.

Prestanombres son también los encargados de dirigir superficialmente múltiples edificios como condominios en las zonas de alta plusvalía, de igual manera encargados de intermediar compra, venta o alquiler de bienes raíces. Estas suelen contar con agentes o corredores que brindan servicios de asesoramiento, gestión y promoción de propiedades. La estructura maneja aproximadamente el 30% de este negocio, según la Policía.

“La MS observa a inteligentes para los negocios, se acercan, los ponen a prueba, les ofrecen la idea y capital semilla. De esta forma multiplican lo que trabajan, donde un porcentaje es para ellos y el otro para la organización, al final los ciudadanos solo ponen su talento”, dijo el entrevistado.

Comentó también que el turismo es otro gran espacio atractivo para lavar dinero, tomando el control de cerca del 40%. Ejemplificó que muchas ferias y carnavales en sectores turísticos de la costa norte son organizados por la Mara Salvatrucha, interviniendo además a través de los alquileres de plazas donde ellos se agencian de importantes cuotas de dinero.

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El miembro de Inteligencia mencionó que esta estructura no destina para otra actividad ilegal el dinero que percibe del lavado, pues lo tiene todo. “Es tanto su poder, que nos ha llegado información que para el 2025 proyectan ser la ´familia´ 14 más poderosa de Honduras”, añadió.

El dinero lo han diversificado y tienen la capacidad de justificar ingresos a través de instituciones bancarias sin que las regulaciones sean un obstáculo.

“Ellos lavan mediante salones de belleza, bares, discotecas, gasolineras, tiendas grandes de ropa y en alimentación, como por ejemplo, mediante el negocio de cebollas que vienen desde Holanda. También lo hacen dentro del fútbol, por ejemplo, allá por 2020 intentaron ascender a un equipo a primera división en la zona norte del país”, detalló el investigador.

En este deporte, se calcula que la MS coordina el 20% de los negocios, donde según se afirma, ciertos presidentes de clubes hasta forman parte directa o indirecta de la estructura.

Este medio de comunicación intentó que la empresa privada se refiriera a la situación que enfrentan como gremio frente a la penetración de las maras, pero rehusaron a dar una postura.

La Mara Salvatrucha va más allá y forma a profesionales en las universidades para que más adelante les sirvan entre otros, como abogados, contadores y administradores. La Pandilla 18, en cambio, no invierte en estas modalidades. Indagaciones de los cuerpos de seguridad indican que a partir de 2022 dejaron de ingresar miembros a la MS para evitar responsabilidades, como pagar indemnizaciones a familiares de integrantes presos. Lo que sí ha tenido un efecto multiplicador es la inclusión de trabajadores externos o testaferros.

Autoridades dividen a la Mara Salvatrucha por la vieja y nueva escuela. Entre la vieja escuela figuran cabecillas que escalaron posiciones a través de peleas de territorios y estrambóticos tatuajes en zonas visibles de su cuerpo, gente que comenzó su participación hasta antes del año 2005. Estos habitualmente están privados de la luz pública y radican en zonas altas de San Pedro Sula, como el sector de La Cumbre, según se ejemplificó, residiendo incluso en viviendas de fachada humilde, pero que por dentro son minipalacios.

Se refirió que jefes de la MS manejan en efectivo hasta cinco millones de lempiras en caso de ser interceptados sorpresivamente por policías, para ofrecerlo a cambio de su libertad inmediata, pero que una respuesta contraria puede acarrear como consecuencia para cualquiera de ellos hasta la muerte de miembros de su familia.

Una de las personas más investigadas en este momento por autoridades, según citó, es un cabecilla de la MS conocido con el alias de El Cuervo, a quien se le reporta todo en el norte del país, no descartando las ganancias por lavado de dinero. Este posee altos niveles de influencia que han evitado su captura.

En la nueva escuela están los integrantes incorporados en los últimos años y que han preparado en la educación superior, así como testaferros. La MS no usa como metodología la amenaza contra ellos, pero sí los involucra mediante sus necesidades o de familiares.

Buscan a personas que más les conviene, le enseñan a su objetivo cómo sumar y multiplicar el dinero. También, últimamente, la estructura se ha encargado de formar personas en tecnología, sacándole provecho a sus actividades y a herramientas asociadas particularmente al seguimiento y monitoreo de información.

Actualmente y desde siempre los desafíos han sido los mismos para aquellos que se atreven a investigar desde la Policía a los lavadores: corrupción, seguridad y miedo personal.

“La MS puede llegar a pagar a policías por colaborar no más de 5,000 lempiras, al que caiga primero, pero claro, con un agente básico que gana cerca de 15,000 lempiras más otros beneficios no obtendrá mucha información, mientras que si perfila a alguien de alto rango dentro de la institución puede llegar a pagarle hasta 100,000 lempiras mensuales”, citó el informante.

Aquí no termina todo, su fuerza se masifica a todos los intereses posibles. Pesquisas apuntan que la MS ha mandado incluso a personas “comunes y corrientes” a interponer denuncias reales sobre ubicaciones de miembros de bandas contrarias para capturarlos y ganar más territorio, llegando a pagar aproximadamente hasta 100,000 lempiras por cabeza a jefes policiales.

La MS decide hasta cuándo los oficiales colaboran con ellos a través de redes de contacto. Para controlarlos, acostumbra a manejar evidencia fotográfica de reuniones con sus enlaces y entregas de dinero.

Aunque la incautación de más de 500 millones de lempiras y cuantiosos bienes a través de la Operación Avalancha en el año 2017 representó un duro golpe contra la MS, esta ya se recuperó y “más bien les dio escuela, es como cuando alguien falla en un proyecto”, ironizó el agente.

Muchos de los negocios confiscados quedan en el aire por parte del Gobierno y otros vuelven a sus manos. Se concluye que aunque otros fueron quitados en el tiempo, la organización ya les sacó la rentabilidad.

En noviembre de 2022, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) publicó un extenso informe que retrataba el fenómeno de la extorsión y el alcance de esta estructura a negocios como el lavado de dinero. El documento de 141 páginas destaca que “la MS-13 logró dejar de depender económicamente de extorsiones puesto que ha contado desde hace una década con la venia del Estado hondureño para realizar importantes negocios de droga y de lavado de dinero”.

Por otro lado, apuntaba que la MS-13 empezó con el cobro sistemático de extorsiones varios años antes que la Pandilla 18, sumado a poca persecución, esto les permitió hacerse de una base de dinero suficiente para empezar otros negocios de fachada legal y dejar de lado las extorsiones.

La estructura y roles se mantienen. Todo comienza con un “bandera” (vigilante) que recibe 800 lempiras con derecho a comida por el turno que hace, luego el supervisor de “banderas” por 1,200 lempiras.

Continúa el “traca”, quien hace mandados a cualquier punto evitando ser descubierto. Después está el gatillero encargado de ejecutar a víctimas. En Cortés, Potrerillos,es el epicentro de los entrenamientos y también se le llama zona virgen porque tienen el control de todo, incluyendo rutas de escape.

Después están jefes de sector, cabecillas regionales, nacional, colaboradores externos y testaferros, estos últimos, importantes filtro de lavado de dinero en la organización.