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Se fueron y desaparecieron

  • 25 septiembre 2023 /

    Más de seiscientos compatriotas, de ambos sexos y de distintas edades, que abandonaron familiares y patria con el propósito de escapar de la pobreza, violencia, desempleo en búsqueda de sobrevivir y auxiliar desde lejos a sus seres queridos y encontrar oportunidades inexistentes en su país, evidenciando la incapacidad del sistema de garantizar el bienestar de amplios sectores poblacionales, urbanos y rurales, han desaparecido sin dejar huella, la mayoría al ingresar y recorrer en tránsito territorio mexicano en ruta hacia el soñado destino final: Estados Unidos, meta cada vez más difícil de alcanzar.

    ¿Dónde están?, ¿qué ha sido de ellas y ellos?, ¿se encuentran con vida o sin ella?, ¿están en cárceles, lenocinios, bandas, fosas?

    Estas son solo algunas de las angustiantes preguntas que sus madres, padres, hermanas (os) se hacen día y noche, sumidos en total incertidumbre.

    Se repite la historia: si en la década de los ochentas, con la fatídica aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, violatoria impune de los derechos humanos, casi doscientas personas, nacionales y extranjeras, desaparecieron, algunas sin conocerse jamás que había sido de ellas, otras ubicadas sus restos mortales en cementerios clandestinos, de nueva cuenta ocurre en estos nuevos tiempos, en mayor dimensión, tal tragedia.

    Aquel reclamo de “vivos los llevaron, vivos los queremos”, conserva total vigencia.

    Siguiendo el ejemplo del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) y a las madres que cada segundo domingo de mayo se reúnen en la plaza La Merced de Tegucigalpa para, con su presencia, testimoniar que el paradero de sus hijas e hijos continúa en el limbo y sus victimarios en la impunidad, en El Progreso se fundó, en 1999, el Comité de Familiares Migrantes Desaparecidos de El Progreso (COFAMIPRO), actualmente presidido por doña Edita Imelda Maldonado, quien informó a este rotativo: “Nos vienen a reportar constantemente nuevos desaparecidos”. En peregrinajes a México, nación cada vez con mayores índices delictivos, utilizando redes sociales y comunicándose con nuestras representaciones consulares, permanecen en permanente búsqueda de sus descendientes, inmersas en total incertidumbre y desesperanza, pero albergando la esperanza de que eventualmente conocerán el paradero y destino de sus vástagos. Mientras tanto, no desmayan en su empeño pero mantienen vivos los recuerdos y añoranzas de quienes marcharon hacia lo ignoto.