Justicia, sí; piedad o sensiblería, no, pues es mucho, lo máximo, lo que se halla en juego en la pandemia. Las acciones emprendidas para conocer la participación en las compras al amparo de la emergencia tienen que ir hasta arriba y hasta el final. Nada de medio palo por nuevos y premeditados obstáculos a los que se les aplica el adjetivo de “administrativos” o lo que antes se denominaba “de forma”, para que en una sonrisa pícara y delictiva concluyan ya se arreglará, como si fuese la ausencia de un acento o una letra mal hecha.
Los organismos de investigación tienen una gran responsabilidad, a la que se hallan integrados también agentes de la Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate a la Corrupción Pública (Fetccop). Según ha trascendido, hay interés en el FBI por seguir los pasos y hasta desde Turquía ha llegado información. Y es que el caso de los hospitales ha sonado, pero junto a él otros de menor cuantía, con similar o más grave daño a la población, van saliendo a flote con respuesta de Finanzas, Salud y silencio, de momento, del señalado, que a su tiempo habrá de ser requerido por la cadena de irregularidades o algo más.
Desde esta columna editorial exigimos una labor investigativa exhaustiva, caiga quien caiga y se llegue donde se llegue, cuidado minucioso de documentos y preservación de otras pruebas que vayan apareciendo, no sea que, al final, todo quede a medio palo o se deposite en la efímera y frágil memoria colectiva.
¡Hasta el final y con absoluta transparencia! debe ser el mensaje que llegue a los hondureños para que la justicia prevalezca y no sucumba ante la argucia tradicional de “inocente hasta que se demuestre lo contrario”. Contra viento y marea hay que hallar ese “contrario” causante de centenares de muertes, de dolor en familias y angustias en la población consciente de la tragedia que nos envuelve.