02/04/2025
04:42 PM

En búsqueda de enemigos

    Ningún compatriota debe ser percibido ni clasificado como enemigo. Debe prevalecer siempre la fraternidad y convivencia pacífica y armoniosa. Constituimos una sola familia, independientemente de etnia, clase social, posición económica, nivel educativo. Todas y todos nacimos en la misma tierra y aspiramos a vivir y aportar a la patria lo mejor de nuestros talentos y voluntades, en paz y armonía recíprocas.

    Lo declarado hace unos días por Santiago Ruiz, expresidente del Cohep, en el sentido de que el oficialismo busca e inventa, en un intento desesperado por justificar y racionalizar sus diversos desaciertos en la conducción de la administración pública y en política exterior, a instituciones y personas, en vez de practicar una sana y recomendable autocrítica, dando la cara a la ciudadanía y asumiendo cuotas de responsabilidad. Eso es lo correcto y lo ético. Lo contrario, revela estados mentales patológicos, como psicosis y delirio de persecución.

    Ciertamente el actual gobierno encuentra oposición política, algo necesario y saludable en un sistema democrático, pero ello es totalmente diferente a afirmar que los desastres naturales están siendo deliberadamente provocados por saboteadores como medida desesperada, a falta de alternativas viables al actual orden de cosas.

    Existen insatisfacciones, desalientos, frustraciones ciudadanas, incluso, entre aquellos que otorgaron su voto a favor del cambio, permitiendo con ello que el presente régimen accediera al poder por el sufragio mayoritario de las y los hondureños. Si ello es percibido y reconocido por las autoridades nacionales, departamentales, municipales, lo sensato y honorable es admitir los yerros y buscar, cuando aún hay tiempo, las oportunas rectificaciones, solicitando a las gobernados retroalimentaciones vía sugerencias para enderezar el actual rumbo orientado hacia el fracaso.

    Los medios de comunicación independientes formulamos críticas sanas, necesarias, ya que no tenemos compromisos de ningún tipo con la oficialidad, y las brindamos en función de ser propositivos, aplaudiendo y divulgando toda política, decisión y acción, que tienda al bien colectivo. De igual manera, la sociedad civil actúa con similares criterios objetivos, que no deben provocar reacciones no valederas, mucho menos amenazas abiertas o veladas.

    En vez de lanzar denuestos e infundios, se debe agradecer a quienes observan cotidianamente lo que ocurre dentro de nuestros límites territoriales y advierten cuando detectan desviaciones de carácter ideológico y administrativo. La intolerancia, animadversión, prejuicios no deben tener cabida en un sistema político democrático, funcional, representativo y participativo. Ello solo ocurre en regímenes autoritarios y dictatoriales.