25/04/2024
10:05 AM

A prueba

    Más que el caso en sí llama la atención la lenta y hasta “delicada” reacción del gobierno que ha anunciado una investigación ante las pruebas presentadas , pues el gasto presupuestado en un contrato de remodelación de la oficina del presidente del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda no se halla en línea de la política de austeridad de la presente administración. De las palabras a los hechos, a no ser que el titular de Banhprovi sea presentado como modelo para señalar que la canasta básica va para arriba y, por tanto, hay necesidad de revisar los salarios.

    Todo está más o menos claro desde el punto de vista en que se mire, pero la sabiduría popular en estos casos nos enseña muy sabiamente que como “Juan Palomo, yo me los guiso, yo me lo como”. Ahora sale a relucir que a pocas semanas de asumir las riendas en la entidad bancaria el titular se recetó un aumento que, claro como en las obras de su oficina, se halla a años luz de la austeridad proclamada. No es la primera prueba para la administración de Libre, pero sí una cruda realidad para comprobar que va el cambio, aunque ello sea en una mínima parte. Pero ya que se ha pregonado, con justa razón, el abuso en la administración de los recursos públicos, eufemismo de corrupción, es el momento de decisiones y actuaciones implacables. Que no pase una si es que quieren enderezar el rumbo de país. En la respuesta que den a este asunto de Banhprovi habrá una clara evidencia de la transparencia en cada una de las oficinas públicas sostenidas por los recursos de los ciudadanos y destinadas al servicio de toda la población, no oficinas de empleos con cargo al presupuesto nacional. “El monto que requirió la reparación es directamente proporcional al daño que tenían las instalaciones”, señala el comunicado de prensa del banco que sintetiza las exigencias del gasto en la urgente necesidad de atender la infraestructura de varias oficinas “en condiciones inadecuadas por la depreciación de muchos años”. Para quienes demandan el pago de salarios, para quienes esperan con escasas esperanzas la bajada de precios o para quienes marcan rumbo al norte, las explicaciones técnicas son manotadas de ahogado.

    Recientemente nos referíamos al comportamiento impecable, lo cual es utopía, pero también señalamos, no como juego de palabras, implacable, es decir, determinante en las acciones contra la corrupción y contra la violencia. De manera que la única señal sea la ley para todos, pero más para aquellos en cuya responsabilidad hemos depositado los hondureños el bienestar, la paz y la justicia en nuestros días y el mejoramiento en la calidad de vida de las generaciones venideras.