Estudios de la ciencia y medicina han determinado que el trabajo ofrece a las personas una rutina y un propósito, lo cual es un pilar para mantenerse activos. El tener un empleo no tiene beneficios para salud en sí mismo, pero favorece el mantenimiento de hábitos positivos para la salud física y mental. Esta circunstancia es particularmente efectiva entre aquellas personas que se declaran satisfechas en su lugar de desempeño y relaciones de creatividad para desarrollar su potencial.
“¡Trabaja en algo para que el diablo te encuentre siempre ocupado!”: San Jerónimo. Hay miles de beneficios y es importante resaltar algunos: favorece la creatividad y el aprendizaje. La creatividad aumenta cuando las personas trabajan juntas como un equipo, esto reduce el estrés, si se sabe manejar con sabiduría, logra mejorar el desempeño, aumenta el desarrollo y eficiencia, así como la productividad. “¡Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar!”: William Shakespeare.
Fácil es para el joven el conseguir trabajo y tener el deseo de hacerlo en condiciones normales, pero en la etapa adulta mayor es un logro difícil; no todo el mundo puede trabajar durante la vejez o no todos desean hacerlo. Se puede participar en actividades comunitarias y voluntariado. La clave es tener actividades que ayuden a mantener cuerpo y mente en buenas condiciones. En la mente de Dios trabajar es parte de la vida y desarrollo normal; el rey Salomón escribió: “El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”: Proverbios 12:11 RVR60.
Hay una verdad, muchos toman el trabajo como una carga porque no se identifican ni con la visión de la empresa ni tienen visión personal. Nunca he conocido a un hombre que haya muerto por exceso de trabajo”: Dr. Charles Mayo.