A la justicia de Costa Rica no le gusta jugar al gato y el ratón con los narcos, pues la muestra es palpable con la captura del supuesto narco hondureño Wilter Blanco Ruiz el martes pasado por la Policía de Control de Droga (PCD).
No lo dejaron que cumpliera los dos meses de su ilegal estadía y no pudo escapar de esa residencial privilegiada llamada Belén de Heredia, donde Blanco Ruiz se confió, pues parece que se le olvidó que estaba en Costa Rica y no en Honduras, donde gozaba de un cartel de “soplones” integrados por todo tipo de secuaces del Ministerio Público y uniformados de todas las categorías que lo escoltaban hasta con las patrullas policiales.
Pareciera que Blanco Ruiz se fue huyendo del “fuego de Honduras” para ir a caer al brasero de Costa Rica, de donde se espera que sea extraditado para Estados Unidos, ya que si fuera trasladado a Honduras no sería extraño que volviera a escaparse por la poca o nada credibilidad de la justicia hondureña.
Pues, según datos de las autoridades nacionales e internacionales, este sujeto tenía décadas de estar operando en el país, pero la justicia estadounidense lo empezó a investigar hasta ponerlo el siete de octubre pasado en la lista de siete personas buscadas por esa nación.
De no ser así, quizá Blanco Ruiz no solamente seguiría construyendo postas policiales, sino también centros penitenciarios y cuarteles en Honduras y él mismo sería parte de la “depuración policial”; pero en este caso serían dados de baja los uniformados que no le acataran sus órdenes.
Habrá que esperar los resultados cuando este acusado sea trasladado a la nación del norte y que la justicia de ese país le obligue a “soplar” quiénes son las autoridades señaladas que le prestaban hasta las patrullas policiales y quiénes lo mantenían informado.
