24/11/2025
03:34 PM

Hola, médico Hola, doctor

Correcciones gramaticales por el profesor Cándido Alvarado.

Cándido Alvarado

“Todo eso eso fue factor para que usted desarrollara hipertensión arterial”. Desde el momento en que hablamos de hipertensión se nos viene la idea de algo relacionado con la sangre, con las venas, con las arterias, con el corazón, pues hipertensión es el aumento excesivo de la tensión vascular o sanguínea; por lo que “hipertensión arterial” es redundante, ya que si nos fijamos, siempre se habla de pacientes hipertensos, y no de pacientes hipertensos arteriales.

Y hablando de redundancias, vemos que “medio ambiente” es reiterativo porque “medio” en algunos contextos tiene igual significado que “ambiente”: “No me agrada el medio en el que se desenvuelve usted”, “No me agrada el ambiente en el que se desenvuelve usted”.

Pese a lo anterior, la forma “medio ambiente” se considera normal; aunque lo mejor es (y es válido) escribir “medioambiente”, esto es porque al emplear “medio ambiente” en plural es “medios ambientes”, en cambio, el plural de “medioambiente” es medioambientes”, una sola palabra.

Hace unos días con José López Lazo, un excelente crítico literario, reflexionábamos el porqué nunca usamos los vocativos médico, farmacéutico, odontógo, y lo encerramos en uno, diríamos genérico: doctor, y así saludamos: “Buenas días, doctor”, pero nunca: “Buenos días, médico”. Doctor es quien ha recibido el más alto grado académico universitario: doctor en Medicina, doctor en Derecho Internacional; sin embargo, también se le dice doctor al médico u otro profesional afín a la Medicina (odontólogo, oftalmólogo, faramacéutico): “Doctor, espero que me deje bien estos diente”, le expreso al adontólogo.

Tampoco empleamos el vocativo en cura, sacerdote, religioso, monja, monje, simplemente les llamamos padre, sor, hermana, hermano: “Buenos días, padre”, nunca “Buenos días, cura”, “Por favor, sor, déjeme ayudarla” y no “Por favor, monja, déjeme ayudarla”, “Permítame saludarlo, hermano” y no “Permítame saludarlo, monje”.

En cambio, sí usamos los vocativos en profesor, ingeniero, abogado: “Buenos días, profesor”, “Espero que me atienda. ingeniero”, “Trabaje en mi caso, abogado, que para eso lo he contratado”.