El título de su blog Alicantoymaradentro describe buena parte de su labor como escritor. Alicanto es un pájaro mitológico que detecta tesoros ocultos; la expresión mar adentro manifiesta la valentía de meterse donde el oleaje y los tiburones son frecuentes. Un deber de justicia me lleva a escribir estas líneas. Son muchas las lecciones que aprendí de Lucho. Él contribuyó de forma directa, aunque algo curiosa, en mi interés por escribir sobre temas de ética y actualidad.
Hace más de tres años, cuando le presenté mi primer escrito, en diciembre de 2013, me dijo claramente: “Lo tuyo no es escribir, mejor no pierdas el tiempo”. Reconozco mi desconcierto y desilusión inicial. Así era Lucho, claro y directo. Pocos días después, al ver que perseveraba en enviarle algunas notas, me dijo: “Realmente nadie puede decirte si lo tuyo es la escritura o no. Si eres capaz de perseverar, si tienes un “por qué” sincero y buscas aprender leyendo a los mejores, entonces con la práctica mejorarás necesariamente”. Fue entonces que comenzó a comentar y a sugerirme correcciones a mis escritos.
Desde 1997 compartimos en varias ocasiones semanas de estudio y descanso, aunque fue hasta diciembre de 2013 que comenzamos a pasar horas agradables conversando sobre escritores, literatura, sus novelas y los más diversos temas; desde el aborto, la eutanasia, hasta el ateísmo, el cambio climático o el agnosticismo.
Con él descubrí el placer de conversar con alguien “enciclopédico”, que sabía de casi todo. Me llevó a perder la vergüenza y descubrir el placer de expresar las propias ideas por escrito.