El 20 de abril de 2023, el primer lanzamiento de prueba del cohete más potente del mundo terminó con una explosión en el cielo. El cohete de SpaceX estaba diseñado para lanzar cargas pesadas a órbita e incluso llevar astronautas a la Luna y Marte.
El cohete Super Heavy transportaba la nave espacial Starship.
Un objetivo clave de la prueba era determinar si las partes podían separarse de forma segura durante el vuelo a alta velocidad.
Se vivió un momento histórico: el lanzamiento del cohete más grande y potente jamás propulsado. Aunque después del despegue, la nave y su propulsor no pudieron separarse, dando tumbos en el cielo antes de caer en el golfo de México.
A los 2 minutos y 52 segundos, la nave Starship, de 50 metros de altura, debía separarse de su montura de 70 metros de altura, eso nunca ocurrió.
SpaceX y la Administración Federal de Aviación confirmaron que el vuelo se interrumpió automáticamente.
Tras alcanzar una altura de unos 38 kilómetros, el sistema de lanzamiento, se estrelló contra el agua.
Las futuras versiones de Starship podrían poner en órbita más de 150 toneladas, 60 toneladas más que el Falcon Heavy de SpaceX.
Un cohete de este tipo podría cambiar la dinámica de los lanzamientos a la órbita terrestre y al espacio profundo, al llevar más cargas útiles en un solo lanzamiento.
La Nasa también planea utilizar la nave como parte del programa Artemisa.
Mientras que SpaceX se basa en asumir riesgos en aras del rápido desarrollo, la Nasa se basa en la deliberación y cautela.
La Nasa construye vehículos espaciales lo más perfectos posible. SpaceX construye muchos prototipos, y los prueba hasta sus límites.
Esto último no se puede hacer con una Ley Tributaria.