Cuentan que, en su calidad de líder de la selva, el león convocó a los animales a fin de recabar algunas ideas que les permitieran a todos desarrollar un equipo de trabajo exitoso. Los animales acudieron a su llamado , y él tomó la palabra. Desde el estrado les dijo que esperaba de ellos sugerencias puntuales de cómo mejorar a todo el equipo, a fin de estar listos para cualquier eventualidad. Esperaba de ellos sugerencias de las atribuciones indispensables para alcanzar la excelencia.
Como se esperaba de ellos lo que interpretaron como “factores de éxito”, cada uno de los convocados se inspiró en sí mismo. Así cuando pasó al frente la ardilla recomendó que desarrollar la habilidad de escalar árboles con destreza, era superior a cualquier otra porque desde la cima siempre conseguimos observar ampliamente lo que ocurre en nuestros dominios. El pato habló, la capacidad para el éxito radica en nuestra habilidad para nadar, ya que la selva tiene un lago realmente grande. Pues a mí me parece, argumentó la liebre, que hay que desarrollar la capacidad de correr y esconderse, eso determinará, incluso, nuestra sobrevivencia. Y así pasó el águila recomendando aprender a volar a grandes alturas, y la lechuza indicando lo esencial de poder ver en la obscuridad.
Como los discursos con las sugerencias de los animales se hizo tan agotadora, el León tuvo que intervenir. Tal como yo lo veo, les dijo, el conejo nunca aprenderá a volar como el águila, y esta no trepará los árboles como la ardilla. Ni la lechuza podrá nadar como el pato. La conclusión es clara, todos tenemos ciertas limitaciones. Pero no se desanimen. Para trabajar en equipo, nos concentraremos en utilizar sus fortalezas, que está demostrado que todos tenemos.
En el trabajo, la iglesia, en el club o el hogar, recordar que no podemos hacer lo que otros hacen tan bien. Una cualidad de liderazgo, como la del León, es ver nuestras fortalezas, y trabajar con ellas.
LO NEGATIVO: Pensar que se puede trabajar poniendo énfasis en lo que no podemos hacer como los demás.
LO POSITIVO: Reconocer que para ser exitosos tenemos que pensar en las fortalezas, y utilizarlas.
