02/04/2025
08:29 AM

Educarnos, ¿para qué?

Roger Martínez

En la medida en que crecen las dificultades debido al deterioro de la convivencia civilizada, en el mundo entero y, particularmente, en Honduras, más necesario se vuelve recordar la importancia que la educación tiene para lograr la paz social y así encaminarnos, sin sobresaltos, hacia el tan ansiado desarrollo que genere bienestar para todos.

Y aunque nos encontremos con personas que, a pesar de sus grados académicos, se comportan primitivamente, lo cierto es que la adquisición de cultura produce, en la mayoría de los casos, personalidades en las que son notables virtudes como la tolerancia, el respeto a las diferencias y unas maneras que denotan un profundo sentido de humanidad.

La educación suele domesticar y encausar aquellas tendencias primarias con las que todos nacemos. Y domesticar viene de “domus”, de casa. Con lo cual, un niño o un joven, por medio de la educación, pueden llegar a ser hombres y mujeres con los que resulta agradable alternar, porque no son burdos, porque no son zafios, porque son capaces de comprender, de sintonizar con los demás, aunque no piensen igual, aunque vean la vida desde perspectivas opuestas; primero en su propio hogar, y luego en sus ámbitos laboral, social o ciudadano.

Claro, esa educación que nos lima las aristas y nos reviste de un comportamiento plenamente humano, parte, en primer lugar, de una comunión entre familia y escuela, y, luego, debe ser de calidad. Además, debe ser una educación a la que no le baste enseñar a leer, escribir y calcular, sino que busque formar personas.

Tenemos décadas de estar hablando de la importancia de los valores en la educación y, prácticamente, no se ha hecho nada. En parte porque nuestros docentes todavía no saben de qué se está hablando cuando se habla de ellos. Habrá algunos que podrán enumerar valores, hacer una lista y ponerla sobre un mural escolar. Pero de ahí a encarnarlos, a transmitirlos con su vida, con su conducta, con su ejemplo, hay una distancia enorme. Ha faltado intencionalidad, en el hogar y en el aula para que los niños y los jóvenes entiendan la importancia que tiene para su futuro el hecho de ser hombres y mujeres honrados, respetuosos, responsables, justos, prudentes, etc., etc., etc.

Cuando se estudia Filosofía de la Educación no basta con conocer la historia de las ideas pedagógicas, se trata de reconocer qué es lo que necesitan nuestros niños y jóvenes de hoy, qué contribución darán mañana a la sociedad, cuál será su papel como constructores de un mundo mejor. Y para eso no basta con enseñar Geografía o Botánica, es necesario dar el salto y enseñarles a ser personas.

Dramático: Madre se entera que sus hijos fallecieron en incendio
Una periodista dio la trágica noticia a la progenitora que llegaba de trabajar.
Keep WatchingNext video in 8 seconds
0 seconds of 1 minute, 39 secondsVolume 0%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Próximo
La NASA presenta una exposición para acercar el estudio sobre la Tierra a todo el mundo
00:51
00:00
01:39
01:39