24/11/2025
11:41 AM

De 60 a 1

Francisco Gómez

¿Un año más o uno menos? Esa es la pregunta.

Fin de año es la última noche del año. Se suele celebrar desde que se cambió al calendario gregoriano en 1582, aunque ha ido cambiando pasando los años, y cada año se celebra conforme a la cultura de la familia o el país. Es una fecha simbólica en la cual se despide un año y se le da la bienvenida a otro.

¿Pero qué despedimos y qué esperamos? Fuera de la parranda, de la ropa nueva, del banquete, de los silbatos y las serpentinas, ¿celebramos la fiesta o el simbolismo? ¿Estamos conscientes de que se inicia un nuevo ciclo o solo nos enfocamos en la fiesta?

El paso de un año a otro es silente. Nada se detiene. El segundero pasa de 60 a 1 como todas las noches, pero el año cambia. La naturaleza duerme como todas las noches, el corazón no deja de palpitar automáticamente. Lo que hace que sea distinto el momento es el ansia velada del ser humano de darle cabida a la esperanza, siendo la llegada del nuevo año interpretada como una puerta mágica que se abre a todo lo bueno que deseamos en nuestras vidas.

Y en esa concepción el humano se compromete consigo mismo a muchas cosas que cambiará en base a disciplina, tenacidad y dedicación. Pero conforme pasan los primeros meses la idea y el deseo empiezan a morir porque la euforia es efímera. Las promesas que se hacen desaparecen y seguirá su año, procrastinando decisiones y lamentando su falta de voluntad.

Si la disciplina, la tenacidad, la voluntad se vendieran serían los artículos de uso común más comprados. Lastimosamente entre tener el deseo de alcanzar algo y poner todo el esfuerzo por lograrlo hay una gran brecha, y allí se esconde el escurridizo mago de la voluntad y este hará hasta lo imposible por permanecer oculto, inalcanzable. Por eso los libros, los seminarios, los cursos online de autoayuda siguen apareciendo. Las personas no terminan de caer en la razón de que lo que se requiere está adentro, bajo la piel. Que si son permisivos consigo mismos la vida no les perdonará esa flaqueza.

En su libro “El hombre más rico de Babilonia”, George Clason dice: “Donde está la determinación se encuentra el camino”. El no puedo es elección tuya, el sí puedo es otra elección tuya.

¿Qué decides?