23/05/2025
05:58 PM

¡Barco a la vista!

“El desnutrido y debilitado sistema de salud urge de los hospitales móviles para el control de la crisis de la pandemia”

Alfredo Haces

Esta es la frase que fue gritada por la población hondureña cuando estaba anunciado que ayer viernes 10 de julio a las siete de la noche se marcará una fecha inaudita con sello de corrupción, al arribo del barco Isselborg con los dos primeros hospitales móviles al muelle de Puerto Cortés.

Estas dos clínicas movibles vienen de un largo viaje desde la república de Turquía y a cuatro meses de haber comenzado la pandemia en el país, y del comienzo de este penoso y vergonzoso sucio negocio, llegan y para justificar esta tardanza se tendrá que usar el viejo adagio, “más vale tarde que nunca”.

Lo que no se debe justificar es la sobrevaloración de estas compras, donde el total de esos siete hospitales se estima que son 14 millones dólares, ya que cada uno es señalado con una alteración de dos millones de dólares, es decir, un promedio de 350 millones de lempiras.

Será trabajo de las autoridades competentes encabezado por el Ministerio Público darles la bienvenida a estos tan esperados hospitales transportables que urgen que se instalen los más pronto en San Pedro Sula, para donde están destinados.

El desnutrido y debilitado sistema de salud urge de ellos, para el control de la crisis de la pandemia del covid-19; mientras el pueblo esperará que la justicia aplique sus penas a los culpables o que se confabule, engavetando o torciendo las pruebas fehacientes a través de una llamada telefónica de cualquiera de los tres poderes del Estado.

Este caso donde es señalado Marcos Bográn, director de la empresa Invest-H, como el principal hechor es la clave para la aclaración de este asunto de corrupción, que no sería extraño que pase a la impunidad en un país llamado Honduras.