07/05/2024
12:01 AM

Nunca te des por vencido

Marcel Brundler nació en Suiza, visitó Australia y quedó tan fascinado por las facilidades para surfear que se radicó en Melbourne.

Emilio Santamaría

Marcel Brundler nació en Suiza, visitó Australia y quedó tan fascinado por las facilidades para surfear que se radicó en Melbourne. Desde ahí visitaba las cercanas playas surfistas Bells Beach y Point Impossible. Y fue en esta última donde una fantástica mañana llena de sol, mientras surfeaba fue atacado por un tiburón blanco.

“Me di cuenta enseguida de que no era un delfín, tenía más de metro medio de ancho con una aleta dorsal enorme. Sentí que me clavaba una mirada fría”. De pronto se desvaneció, pero enseguida sintió que le rodeaba. De pronto lanzó una fuerte mordida a su tabla. Volvió a rodearlo y entonces lo atacó en la pantorrilla y en la cadera. Sintió que los dientes perforaban el traje de neopreno y llegaban a la carne. Decidió que no se daría por vencido, así que golpeó con el puño lo más fuerte que pudo al tiburón en la cabeza. “Creo que no se lo esperaba”, narró después en la entrevista que le hizo el “7 News Sydney”. Le metió la tabla en la boca. Y se dispuso a huir, afortunadamente sin ser perseguido.

Llegó a la playa con un pequeño corte en la espalda, sin su tabla y un “extra de ventilación” en su traje de invierno de neopreno.

Marcel se enteró de dos cosas. Una, que es muy raro que un tiburón blanco merodee por esas playas. Y dos, que, bajo el ataque de esos verdaderos tigres del mar no había prácticamente sobrevivientes. ¿Cómo logró entonces Marcel Brundler salir vivo? Se lo preguntaron los periodistas. La respuesta fue automática “Nunca me di por vencido”.

Ni usted ni yo tendremos, probablemente, que enfrentarnos a un tiburón blanco. Pero sí nos enfrentaremos a situaciones retadoras. Temores reales como el de hablar en público, enfrentarnos a personas agresivas, o a una situación estresante. Haremos bien en pensar en Marcel y en su frase “Nunca te des por vencido”. En otras palabras, debemos adquirir conocimientos, desarrollar habilidades y adquirir la actitud apropiada para ello. Entrenarnos para ello.

LO NEGATIVO: Ante los avatares que surjan en nuestra vida, darnos por vencidos.
LO POSITIVO: Frente a nuestros retos y dificultades, nunca darnos por vencidos.