The New York Times
Por: Adam Rasgon y Fatima Abdulkarim/The New York Times
YENÍN, Cisjordania — Las calles parecían las de Gaza. Casas reducidas a escombros, muros llenos de impactos de bala, carreteras destrozadas por excavadoras. Un barrio tras otro estaba desierto.
Pero esto no era Gaza, un territorio devastado por la guerra entre Israel y el grupo militante Hamas, donde decenas de miles de personas han muerto. Era la Cisjordania ocupada, otro territorio palestino donde el Ejército israelí ha estado reforzando el control en la represión más radical en una generación.
Los contornos de la nueva ofensiva se desplegaban durante una reciente visita de periodistas de The New York Times a Yenín, uno de los barrios antes densamente poblados que han sido desalojados desde enero. En una de esas zonas, hasta hace poco vivían más de 10 mil personas. Ahora está vacío.
El Ejército israelí anunció recientemente que demolería viviendas en Tulkarem, una ciudad cerca de Yenín, para hacer la zona más accesible a las fuerzas israelíes y prevenir acciones de las milicias.
“Me están arrebatando el futuro”, dijo Muath Amarne, un estudiante universitario de 23 años, el 6 de mayo, día en que se enteró de que su hogar en Tulkarem sería destruido.
Temen anexión
Israel llevó a cabo frecuentes operaciones militares en esta zona en los últimos años, pero sus fuerzas casi siempre se marchaban en cuestión de horas o días. Sin embargo, desde enero, su Ejército ha mantenido su presencia más prolongada en el corazón de las ciudades de Cisjordania en décadas.
La campaña ha sido dirigida contra Hamas y otro grupo, la Jihad Islámica. Sin embargo, en las últimas semanas los enfrentamientos se han vuelto poco frecuentes, un indicio de que Israel y las autoridades palestinas de Cisjordania han arrestado o abatido a muchos militantes.
Yenín y Tulkarem, ias dos ciudades más afectadas, llevan mucho tiempo bajo el control de la Autoridad Palestina, el organismo que coopera con Israel en materia de seguridad y que muchos palestinos esperaban que se convirtiera en un futuro gobierno.
Sin embargo, la presencia israelí en estas ciudades de Cisjordania está socavando el poder de la Autoridad Palestina. Israel ha argumentado que la autoridad hizo poco por frenar a las milicias.
“Estamos en un punto de inflexión del conflicto”, declaró Mohammed Jarrar, Alcalde de Yenín, en marzo. “Israel actúa como si no existiera la Autoridad Palestina”.
El ataque israelí comenzó días después de que entró en vigor un alto el fuego en Gaza, en enero. Más o menos en esa fecha, el Gobierno añadió un nuevo objetivo a sus metas bélicas: asestar un golpe a los milicianos en Cisjordania.
Días después, vehículos blindados irrumpieron en el campo de refugiados de Yenín. Israel afirmó haber abatido a más de 100 milicianos y arrestado a cientos desde el inicio de la operación. Ha desplazado a aproximadamente 40 mil palestinos, más que cualquier otra campaña militar en Cisjordania desde que Israel capturó el territorio en la guerra de Medio Oriente de 1967. (El Ejército israelí ha negado haber obligado a la gente a abandonar el campo de Yenín).
Entre algunos palestinos, esto ha suscitado temores de una segunda nakba (desastre en árabe), la palabra empleada para describir la huida masiva y la expulsión de palestinos durante la guerra que rodeó la creación de Israel en 1948.
En febrero, Israel Katz, el Ministro de Defensa, indicó a las fuerzas israelíes que se prepararan para permanecer en Yenín y Tulkarem durante un año.
Si esto ocurre, sería un cambio importante en la forma en que se han gobernado las ciudades de Cisjordania desde la creación de la Autoridad Palestina en la década de 1990. En esa época, Israel cedió la mayoría de las responsabilidades de gobierno de las ciudades a la Autoridad Palestina.
Los reporteros del Times visitaron el campamento en Yenín escoltados por un alto oficial militar israelí en un vehículo blindado de transporte de personal, para acceder a zonas restringidas.
“Temo que no podré volver a casa, como en 1948”, dijo Saleema al-Saadi, residente del campamento de Yenín, quien contó que en ese entonces fue desplazada de una aldea cerca de Nazaret.
Grupos palestinos armados habían construido fábricas de armas en los campamentos, se habían atrincherado en los distritos más poblados y habían colocado artefactos explosivos bajo los caminos para emboscar a soldados israelíes.
La campaña militar israelí ha aumentado los temores palestinos de que Israel pudiera estar preparando el terreno para la anexión de Cisjordania.
“Hemos perdido el control de todo”, dijo Mohammed Abu Wasfeh, de 45 años y residente del campamento de Yenín.
Lauren Leatherby contribuyó con reportes a este artículo.
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