El devastador terremoto de Birmania es visto como un augurio para los militares

El terremoto, que deja casi 3,000 muertos, se produjo un día después de un desfile militar de la Junta que ostenta el poder en Birmania.

  • 02 de abril de 2025 a las 00:00 -
The New York Times

Por: Hannah Beech/The New York Times

El polvo del devastador terremoto del 28 de marzo aún estaba en el aire en Myanmar cuando una pregunta existencial se arremolinó en la mezcla: ¿podría este choque fatal de placas tectónicas, que agregó otra capa de trauma más a un País plagado por la guerra civil, también presagiar la desaparición de la junta gobernante de Myanmar?

El terremoto, que se sabe cobró al menos 2 mil vidas, se produjo un día después de que el régimen militar de Myanmar celebró el 80avo Día de las Fuerzas Armadas del País con un desfile en Naipyidó, la capital. La secuencia de eventos era difícil de ignorar.

Los augurios y los rumores tienen mucho de ser valorados en un País autoritario con poco flujo libre de información. Cuando los Generales gobernantes tomaron el poder hace cuatro años, aislaron al País y volvieron a una reverencia de superstición y propaganda. Y los terremotos figuran en los almanaques astrológicos que son muy leídos en Myanmar. Una versión popular afirma que un terremoto en marzo señala la destrucción de ciudades, mientras que uno en julio es un augurio de reyes y gobernantes depuestos.

El bastión de la junta permanece en las ciudades, como Mandalay, la segunda más grande del País y una de las más afectadas por el terremoto. Daw Marlar Myint, de 89 años, afirmó que este era el peor desastre natural que jamás había experimentado. Directora de escuela jubilada, no está esperando hasta julio para emitir su predicción. “Tenemos un dicho de que un terremoto masivo como este es la forma en que la naturaleza castiga a un gobernante cruel y corrupto”, afirmó.

Desde que el General Min Aung Hlaing depuso al Gobierno electo de Myanmar en el 2021, se ha librado una guerra civil en este País del sudeste asiático. La mayor parte del territorio está ahora en manos de la resistencia, con el Ejército fortificado en las grandes ciudades. La junta ha aterrorizado áreas civiles con ataques aéreos, superados en los últimos meses sólo por los que llovieron en Gaza.

Bombardeos tras terremoto

Los rebeldes de Myanmar —una combinación de milicias de minorías étnicas, políticos de la Oposición y jóvenes expertos en tecnología que perfeccionan la guerra con drones— han luchado con tenacidad con escaso apoyo internacional. El Ejército de Myanmar está perdiendo soldados, con una deserción generalizada. Es una castigadora guerra en la selva, y ambos bandos anhelan una salida.

Durante la mayor parte de su historia postcolonial, Myanmar, antes conocida como Birmania, ha estado gobernada por dictaduras militares. Generaciones de generales han recurrido a adivinos y astrólogos para tomar decisiones. Un ex jefe de la junta consultó a una enana que le hablaba a través de su hermana.

El general Min Aung Hlaing, líder de la junta militar de Myanmar, en un hospital de Naipyidó, el 28 de marzo.

Un ex jefe de espionaje coleccionaba elefantes blancos (vivos) para pulir su poder. El General Min Aung Hlaing, el actual jefe militar, ha consagrado templos y un Buda gigante en Naipyidó para pulir su reputación. También ha coleccionado elefantes blancos.

Para los generales, quizás la profecía más trascendental llegó en el 2005. Fue entonces cuando los videntes determinaron el momento preciso más auspicioso para iniciar un traslado secreto de la capital de Myanmar de Rangún a una obra en construcción en el centro del País. Tras consultar con adivinos, tráileres iniciaron una caravana al norte, a lo que pronto se llamaría Naipyidó, o la morada de los reyes.

Hoy, la capital está defendida por colinas y es invulnerable a los ataques por mar, a diferencia de Rangún. Cuando el ciclón Nargis azotó la antigua capital y el delta del Irawadi en el 2008, dejando más de 130 mil muertos o desaparecidos, Naipyidó salió indemne.

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Pero el reciente terremoto no fue tan benévolo con Naipyidó. Ministerios del Gobierno sufrieron cuarteaduras. Retratos de los principales líderes, incluyendo del General Min Aung Hlaing, cayeron al suelo. La torre de control de tráfico aéreo en la Capital se derrumbó, matando al menos a siete personas, reportaron los medios estatales de Myanmar.

En colinas no muy lejanas, las fuerzas rebeldes observan. Con menos edificios altos en el territorio que controlan, el terremoto les afectó menos. Pero incluso mientras los residentes de Mandalay y otras áreas urbanas, como Sagaing y Kyaukse, excavaban entre los escombros, el Ejército de Myanmar reanudó sus viejas costumbres.

Horas después del terremoto, en el Estado de Shan, aviones de combate de la junta bombardearon la aldea de Naung Lin.

En Rangún, una astróloga de un alto funcionario de la junta afirmó que la fe de los líderes en las señales de los astros no ha disminuido. De hecho, se aferran aún más a la fe a medida que disminuye su control sobre el País, afirmó. La astróloga, que prefirió no revelar su nombre, afirmó que el General Min Aung Hlaing depende fuertemente de talismanes budistas para mantenerse en el poder.

Sin embargo, afirmó creer que el terremoto era una señal ominosa para el General.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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