The New York Times
Por: Esther Zuckerman/The New York Times
Este año, sería comprensible si creyera que está viendo doble en el cine —porque así es. Desde marzo, se han estrenado tres cintas protagonizadas por astros que actúan junto a sí mismos.
“Mickey 17” tiene (al menos) dos versiones de Robert Pattinson como un trabajador prescindible en un planeta alienígena en un mundo futurista. Robert De Niro interpretó a dos mafiosos en “The Alto Knights”. Y Michael B. Jordan acaba de hacer que sus dobles debuten como gemelos arrogantes en “Sinners”, de Ryan Coogler, una película de vampiros ambientada en el sur estadounidense en los 30.
Lograr que el mismo actor aparezca dos veces —o tres, cuatro o más veces— en pantalla es uno de los trucos más perdurables del cine. Y aunque este efecto tiene mucho tiempo de ser un aspecto poderoso de la magia cinematográfica, la tecnología ha evolucionado con el paso del tiempo.
El uso de duplicación se remonta a la época del cine mudo, en un cortometraje de Buster Keaton en el que el protagonista sueña con ser todas las personas en una obra, desde el grupo musical hasta el público.
¿Cómo lo logró Keaton? Mediante enmascaramiento y doble exposición. Él y su camarógrafo, Elgin Lessley, cubrían parte de la lente, realizaban una escena y luego rebobinaban, descubriendo la parte previamente enmascarada para añadir otra versión de sí mismo a la toma. El efecto es una maravillosa confluencia de todos los Keaton actuando a la vez.
La cinta de Disney, “Juego de Gemelas”, de 1961, sigue siendo un buen ejemplo de duplicación de actores. Hayley Mills interpreta a una pareja de gemelas que conspiran para reconciliar a sus padres divorciados. La técnica de pantalla dividida suena casi anticuada hoy en día.
Mills interpretaba la escena como una gemela frente a su doble y luego cambiaba de ropa y lo repetía todo como la otra gemela. Tras el rodaje, las dos tiras de película eran introducidas en una impresora óptica y refotografiadas con mates, bloqueando los lados donde no aparecía Mills para poder combinarlas.
En la comedia “Multiplicity”, de Harold Ramis, Michael Keaton interpreta a un padre de familia exasperado quien se clona a sí mismo para poder realizar más tareas. Al final, aparecen cuatro Michael Keaton a cuadro, cada uno con una personalidad diferente.
Uno de los principales retos fue asegurar que Keaton estableciera contacto visual consigo mismo cuando los clones interactuaran. Así que el supervisor de efectos visuales, Richard Edlund, concibió un artilugio que básicamente consistía en un tripié con una mira telescópica y un láser que enviaba información a una computadora.
En la primera toma, seguía los pies de Keaton. En la segunda, Keaton actuaba frente a un doble que sostenía un monitor que reproducía la primera toma y se situaba sobre un punto láser que reproducía los movimientos que el dispositivo de Edlund había capturado.
En “La Red Social”, David Fincher tenía que dar vida a los imponentes gemelos Winklevoss. En vez de optar por gemelos, Fincher eligió a Armie Hammer y a otro actor, Josh Pence. Pero el rostro de Pence nunca aparece en pantalla. En su lugar, escaneó los rostros de los actores con un láser de grado médico y reemplazó digitalmente el rostro de Pence con el de Hammer.
En “Sinners”, Ryan Coogler no sólo quería convertir a Michael B. Jordan en Smoke y Stack, unos gemelos de la época de la Gran Depresión, sino que también quería hacerlo en película IMAX de 65 milímetros. “El formato de 65 milímetros conlleva muchos desafíos adicionales”, dijo el supervisor de efectos visuales, Michael Ralla.
Los cineastas desarrollaron lo que Ralla y el productor de efectos visuales James Alexander llamaron una matriz para decidir exactamente cómo duplicarían a Jordan en cada momento particular.
En algunos casos, esto implicaba tomas sencillas por encima del hombro; en otros, el uso de una plataforma automatizada de cámara. Su innovación más destacada fue lo que llamaron el halo, un soporte con 12 cámaras colocadas sobre los hombros de Jordan y que capturaban todo lo que hacía con su cabeza. Esas imágenes podían entonces reemplazar la cabeza de un doble.
Uno de los momentos más impresionantes de la duplicación en la película es gracias a Jordan. Al principio del largometraje, Stack fuma un cigarro. Jordan ensayó intensamente los movimientos de ambos personajes con un doble, y luego intercambiaban posiciones durante el rodaje.
“Teníamos un pequeño poste que indicaba dónde debía pasarle el cigarro”, explicó Ralla. “Sabían cómo tocar ese poste, que luego fue eliminado digitalmente y ambos se combinaron”.
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